Tiempo de Calidad Familiar

Si alguien te pregunta por el significado de tiempo de calidad familiar ¿cómo lo definirías? ¿Mencionarías cosas que haces con tu familia como ejemplos? ¿Podrías decir con certeza cuántas veces a la semana tu familia se sienta a cenar y a conversar? ¿Mamá, alguna vez has tenido un tiempo a solas con tu hijo para desayunar y le prestaste toda tu atención a lo que él habla? Así como María decidió escuchar a Jesús (Lucas 10:38-42). Y tu papá, ¿alguna vez has ido a comer helado con tu hija y han dialogado sobre la vida? ¿Padres, cuánto disfrutan ustedes un tiempo a solas cómo pareja?

El diccionario Inglés Americano Cambridge describe el tiempo de calidad como el “tiempo que pasas con alguien, prestándole toda tu atención porque valoras la relación”. Prestar atención debe ser sinónimo de escuchar, y lamentablemente muchas personas aún no conocen la diferencia entre escuchar y oír. En el libro de Proverbios existen muchos capítulos que mencionan la importancia y beneficios de escuchar  (Proverbios 1:5, Proverbios4:1, Proverbios5:1, Proverbios19:27).

Para nosotros, como pareja, es de suma importancia tener nuestro tiempo a solas, pero también es de suma importancia tener un tiempo de calidad familiar con nuestros hijos. El tiempo que pasamos con nuestros hijos, resulta enriquecedor en doble vía: en ellos porque desarrollan seguridad en sus vidas y confianza en nosotros. Y en nosotros, como padres, porque tenemos la oportunidad de enseñarles valores, compartir con ellos nuestro conocimiento y aprendemos a conocerlos más. La biblia nos instruye sobre la importancia de pasar tiempo con nuestros hijos sembrando en ellos principios y valores (Proverbios 22:6; Josué 1:8). Padres, eso es lo que corresponde hacer, aprovechar el tiempo que tenemos como familia. Tener la oportunidad de escucharnos unos a otros.

Nosotros como padres estamos aprendiendo a conocer a nuestros hijos diariamente. En cada oportunidad que tenemos les hablamos sobre la importancia de desarrollar valores, y sobre todo les aconsejamos a valorizar las cosas que tienen significado en nuestras vidas y no lo material. Ser padres definitivamente no se aprende en un manual de instrucciones, pero durante este corto camino hemos aprendido que las cosas más sencillas son las que tienen más valor y estas se obtienen gratis. Hemos aprendido cuan vital es escuchar y prestar atención, lo esencial que es discutir un devocional, la importancia de sentarse a dialogar sobre nuestro día, el significado de orar en familia, el valor de una caminata juntos, y lo fundamental que es en nuestro hogar lo que nos dice Deuteronomio 6:5 “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.

Si se comienza a dedicar un verdadero tiempo de calidad familiar se observará como comienzan a mejorar las relaciones de parejas y las relaciones entre padres e hijos. Recuerdo cuando nuestros hijos eran pequeños y les decíamos: papi y mami se van a tomar un “quality time”. Ellos se enojaban y no entendían por qué nosotros teníamos que salir solos. Hoy día, ellos entienden la importancia no tan solo de nosotros dedicarnos ese tiempo como pareja, sino también el tiempo entre padre e hijo, madre e hija o viceversa y sobre todo el tiempo de calidad como familia. Estamos conscientes que nuestros hijos crecerán y muchas de estas cosas cambiarán, pero hay algo que nunca se podrá borrar de los corazones de nuestros hijos; y es que nuestra familia siempre tuvo tiempo de calidad familiar.

“El mejor regalo que le podemos dar a nuestra familia no cuesta nada y se llama nuestro tiempo”