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Lugar + Dios = Felicidad
Yadira Campis & Jaime Medina
“En medio de mis angustias y grandes preocupaciones, tú me distes consuelo y alegría”.
– Salmos 94:19 (TLA)
Existen muchas cosas que nos brindan una relajación total y completa felicidad, como lo son escuchar música, leer un libro o escribir, ver una película, o ejercitarse cerca de la naturaleza. A nuestra familia le encanta mucho ir a la playa y aunque tal vez nuestros hijos, por su edad, no lo vean de la misma manera que un adulto la realidad es que para toda la familia es un tipo de relajamiento y gozo. Nuestros hijos se sienten libres, les encanta ese contacto con el agua salada y siempre encuentran la manera de divertirse. Nosotros, como adultos, nos encanta el hecho de tener ese contacto con la naturaleza, poder disfrutar de la creación de Dios, de sentarnos cerca de la orilla del mar y simplemente poder dialogar sobre temas generales y escuchar nuestra música favorita compitiendo con el sonido de las olas como fondo. Para nosotros como adultos, este es uno de los mejores métodos de descanso y relajación, por consiguiente, nos hace muy felices.
Recientemente nos encontrábamos en la playa y mientras los chicos se entretenían en el agua nosotros nos relajábamos disfrutando el ir y venir de las olas cuando de momento nos percatamos de una dama que caminaba de un lado a otro en la orilla. De primera intención pensamos que era una persona con algún tipo de discapacidad que se encontraba acompañada de otras dos personas adultas. Seguidamente nos llamó la atención al ver la manera como se comportaba aquella mujer, la manera como corporalmente expresaba estar disfrutándose cada minuto que caminaba por la orilla, como respiraba profundo, como en ocasiones concentraba su mirada hacia el horizonte, y hasta la manera en cómo tocaba la arena y sus acompañantes esperándole pacientemente. Luego de ver como aquella mujer disfrutaba cada minuto vinieron a nuestras mentes varias preguntas; ¿Estará haciendo su sueño realidad? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que ella pueda volver a disfrutar un tiempo en la playa? ¿Estará pasando por alguna enfermedad? ¿Será hoy uno de los días más felices de su vida? ¿Habrá recibido al Señor como su Salvador? Nosotros no sabíamos por lo que aquella señora estaba pasando, pero definitivamente tuvimos la oportunidad de presenciar cómo la playa algo que para algunos es insignificante, para ella fue un increíble lugar para desconectarse de la realidad y hacerla feliz.
Vivimos con la esperanza de ver el día de mañana, sin embargo, sólo Dios sabe el futuro que nos espera. Si cada día el Señor te regala el don de la vida también te brindará todas las herramientas necesarias para ser feliz. La felicidad es vivir con la esperanza puesta en Dios, pese a las circunstancias. No importa por la situación que estés pasando; problemas de salud, financieros, familiares, emocionales, solo tú tienes el poder de decidir ser feliz o infeliz (Habacuc 3: 17-18). Te aseguro que si todo lo que se te presente en ese nuevo día lo realizas de la mano de Dios a tu vida no le faltará alegría ni felicidad. Analízalo, el día de ayer ya pasó, y el día de mañana aún no ha llegado así que pregúntate ¿Cómo quieres sentirte hoy; feliz o infeliz? Espero que elijas la decisión de ser feliz (Salmos 118:24)… Recuerda que todo lo que Dios nos ofrece para ser felices no cuesta nada, es un regalo dado por Él para sus hijos. Por último, vivimos para servirle a un Dios omnipresente, por lo tanto, cualquiera que sea el lugar que escojas para sentirte feliz recuerda que el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas (Josué 1:9). Su presencia es ese lugar será de mayor felicidad porque ahí habrá la paz y amor que solo Él puede transmitir. ¡Bendiciones!
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