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¿Por qué no? ¡Atrévete!
Maribel Malavé Morales
«El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes».
Deuteronomio 31:8
Esa pregunta me la hizo una hermana en la fe, vía telefónica, en un sueño hace varios meses. Ella me lo repitió tres veces y fue muy enfática. Yo me quedé asombrada y ahí desperté.
Pensando en que quería escribir algo, es ahí que viene a mi mente nuevamente el sueño. Fue tan solo una pregunta, pero me hizo pensar en tantas excusas que le damos a Dios.
¿En cuántas ocasiones le hemos dicho al Señor un – No – que va acompañado de una justificación? Y no somos los únicos. Podemos ver en la palabra como grandes hombres de Dios le cogieron miedo a lo que Él les mandó a hacer.
Éxodo 4:10-12
Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Vemos también en Jueces 6:15 el llamamiento a Gedeón para salvar a Israel del poder de Medián:
Y él respondió: Ah Señor, ¿cómo libraré a Israel? He aquí que mi familia es la más pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre.
Éxodo 3:11
Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto?
Jeremías 1:6
Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy joven.
Leí en una ocasión una frase que me gustó mucho de Arthur C. Clarke que dijo:
“La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible”.
A lo que quiero llegar es que si Dios nos da un trabajo para hacer o una encomienda a realizar Él mismo se encargará de capacitarnos y darnos las herramientas necesarias o el manual de instrucciones para hacer el trabajo que delegó en nosotros. Por encima de cuan incapacitado te sientas, de cuales sean tus limitaciones o todas las excusas que puedas pensar para no ejercer esa labor.
Lo más importante es que venzas tus miedos y temores. «Atrévete» a caminar hacia la dirección correcta en obediencia a su plan y propósito. Estoy segura de que vendrá recompensa.
Deuteronomio 31:8
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
Jeremías 7:23
Lo que sí les ordené fue lo siguiente: Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien’.
Concluyo:
» Progresaras, si te atreves a establecer una diferencia caminando hacia la obediencia a Dios»
Bendiciones🙏🙏
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