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Nunca Dejes de Sembrar Semillas

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Yadira Campis & Jaime Medina

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”.
– Gálatas 6:9
Un sinnúmero de individuos, y sobre todo los de origen hispano, tienen por costumbre o de manera cultural ayudar al prójimo incondicionalmente (Lucas 3:10-11). Sin embargo, desafortunadamente hay otros individuos que ayudan al prójimo por interés o por obligación. El trabajo que nosotros realizamos nos requiere ayudar mucho, muchísimo, al prójimo, pero en realidad es algo que lo hacemos por vocación y de todo corazón. En nuestra profesión, el ayudar significa ejercer la profesión como educadores, ejercer como intérpretes, consejeros, enfermeros, psicólogos y en ocasiones hasta hemos tenido que servir de paño de lágrimas. Esas ayudas que brindamos se convierten en semillas que hemos ido sembrando en la vida de muchos seres humanos y que con el pasar de los años han sido de gran bienaventuranza en nuestras vidas. Es el producto de las semillas ya plantadas lo que nos motivan a seguir adelante y hemos podido ver como Dios nos provee todo lo necesario para seguir haciéndolo. Reafirmo en como el Señor nos ha utilizado para ir sembrando semillas en la vida de muchos. Gracias a Él hemos marcado la vida de conocidos y amigos, aunque en realidad por vivir fuera de nuestro país, ha sido mucho más la de desconocidos.
Como profesionales y cristianos ayudamos a todos por igual, y pese a que existen los que viven con un eterno agradecimiento, también están los que no. Cualquiera que sea el resultado nunca dejaremos de sembrar semillas en nuestro camino, nunca dejaremos de ayudar. Siempre que podamos y donde quiera que estemos lo haremos, y para la Gloria de Dios, hemos visto el fruto de la cosecha en una infinidad de ocasiones. Como nos muestra Proverbios 3:27 no dejaremos de hacer el bien cuando en nuestras manos esté hacerlo.
Amigo lector, existen diversas semillas que puedes sembrar a través de tu camino, el Señor te ofrecerá la tierra, pero tu trabajo es sembrar y cosechar. ¡De ti depende! Habrá muchas semillas que se perderán en el camino, pero muchas caerán en tierra fértil. Nunca dejes de sembrar semillas, pues el que siembra poco, poco cosecha, pero el que siembra mucho, mucho cosecha (2 de Corintios 9:6). Nunca dejes de sembrar semillas, pues no sabes cuán lejos pueden llegar tus siembras y siempre habrá alguien que las recogerá. Ya verás como el fruto de la semilla que plantes será la bendición de Dios en tu vida.
¡Comienza a sembrar semillas de vida y recogerás una cosecha de bendiciones!
 

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