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Pero Tú Aumentarás mis Fuerzas como las del Búfalo
Maribel Malavé Morales
“Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco.”
– Salmos 92:10 (RVR1960)
¡Cuando se acaban las fuerzas! Esta frase fue la que vino a mi mente para escribir esta reflexión. Si en tu vida ha llegado este pensamiento o el momento donde sientes que no tienes fuerzas; este mensaje es para ti.
Yo he tenido momentos en mi vida donde he experimentado que las fuerzas me han faltado, las rodillas se me han aflojado, mis brazos se han caído y hasta he perdido el apetito. PERO, cuando voy a La Palabra de Dios es como recibir una inyección que me quita el dolor y me ayuda a tener nuevas fuerzas. Cuando leo las historias de los hombres y mujeres de Dios que experimentaron lo mismo y La Biblia nos los cuenta, me motiva a continuar con la tarea que Dios ha puesto en mis manos.
A Sansón le cortaron su cabellera, pues el creía que en ella estaba su fuerza. Fue engañado por una mujer y ¿cómo terminó? Atado a unas columnas de lado a lado, siendo objeto de burla. Aunque pecó, en su último momento, Dios tuvo misericordia de él al escuchar su clamor. En su final Dios le dio las fuerzas y murió, junto a muchos filisteos, cumpliendo su misión. !Wao!
¿Qué has perdido tú? Puede ser tus fuerzas físicas, emocionales o espirituales u otras cosas, tú sabrás. Como vimos Sansón recuperó las fuerzas, cuando más lo necesitaba, aunque fue su fin. Espero que puedas recuperar tus fuerzas, no al final, sino ahora para que cumplas tu misión en la vida.
Gedeón era un hombre miedoso, pero cuando se le acercó el Ángel de Jehová le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Él humanamente consideraba que no podía, pero Dios sabía que si podía esforzarse y ser valiente en Él.
Pedro era un hombre sin muchos estudios, negó a Jesús, se cayó al mar cuando Jesús le invitó a caminar sobre las aguas, porque sentía que no podía. Aún así, Dios terminó usandolo maravillosamente. Como parte de su misión, luego de la resurrección de Jesús, en su primera predicación se convirtieron 3 mil personas y en la segunda otras 5 mil.
Si no hubiese tenido fuerzas en Cristo, jamás hubiese logrado esa gran victoria.
Hay muchos ejemplos más, pero creo que ya te he planteado la idea.
La palabra dice: ¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia! 1 Crónicas 16:11
Dios espera que pongamos en acción nuestra fe, lo cual requiere un esfuerzo de nuestra parte. Una vez hacemos lo que podemos y nos toca hacer, Dios se encarga de lo demás.
Si confiamos en nuestras propias fuerzas seguiremos en esa condición de sentir que no podemos o en la conformidad sin el deseo de levantarnos. Por lo tanto, debemos apoyarnos en las fuerzas del Señor, no en las nuestras.
Como dice Filipenses 4:13; «Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.»
Concluyo:
Sin importar cual haya sido tu comienzo o el proceso por el que hayas pasado; aunque en el caminar te hayan faltado las fuerzas yo te garantizo que las puedes recuperar a través de la fe ¡Es hora de que te levantes! Créeme. Una vez lo hagas, lograrás grandes cosas en Dios.
Bendiciones🙏🙏
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