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Luz en el Camino

Su Palabra tu lámpara
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Mayda E. Pellot Cecilia

«Lámpara es a mis pies tu palabra,
                                     Y lumbrera a mi camino.»
– Salmo 119:105
Como a la mayoría de las personas, me llama la atención las luces y los lugares brillantes. Nos atraen los lugares como: los grandes centros comerciales, parques, casas y gasolineras donde la iluminación es buena y brillante.  Estamos más prestos a visitar los sitios donde la luz disipa la oscuridad. Probablemente es algo emocional, pero encontramos estos lugares más atractivos. 
Evitamos los lugares oscuros porque los asociamos con peligro. Los espacios iluminados nos ofrecen una sensación de seguridad y hasta de control de la situación. Además, la brillantez de las luces, como el de los fuegos artificiales, producen alegría y comodidad.
Confiamos en la luz para ver el camino y evitar tropezar. Nos permite disfrutar de lo que está a nuestro alrededor y además nos da la sensación de poder defendernos de cualquier amenaza que nos rodea.
En el Salmo 27:1, el salmista declara: Jehová es mi luz y mi salvación ¿De quién temeré? En este salmo, David afirma que Jehová, Dios, es quien guía su vida y quien lo libra del mal. Así también nosotros, al recibir a Dios en nuestras vidas, pasamos a ser linaje escogido y salimos de las tinieblas del pecado a su luz admirable (1 Pedro 2:9).
La oscuridad trae incertidumbre y nos puede causar temor, pero también es útil para esconder algo incluso a nosotros mismos. 
Sin rendir nuestra vida a Dios, por mejor persona que seamos, nos encontramos en la oscuridad del pecado.  Por eso el ser humano siente un vacío que intenta llenar con muchas cosas, alumbrando su vida con velas que se apagan fácilmente como lo son: las fiestas, el trabajo, las buenas obras, amistades, bebidas o incluso la familia. Esas velas son aquellas cosas que le damos prioridad en nuestras vidas antes que a Dios. Cosas que, aunque en su mayoría no son malas, se disipan y no pueden alumbrar nuestros caminos.
El Salmo 119:105 declara: Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. ¡Que maravilloso es ver por donde transitamos! Por más difícil que sea el camino podemos pisar sin miedo a tropezar ni caernos. 
Es eso lo que hace la palabra de Dios, dirige cada uno de nuestros pasos, nos exhorta, nos da fe y esperanza. Su Palabra nos sostiene con sus promesas de salud, protección y cuidado. Su Palabra nos instruye a tomar decisiones correctas en todos los aspectos de nuestra vida, desde el escoger las amistades, la pareja y hasta como debe ser nuestro comportamiento diario. Su Palabra viva nos guía hacia la salvación; nos presenta a Jesús como el único camino que nos lleva al Padre. Sólo por su sacrificio tenemos vida eterna.
Te invito a que llenes de luz tu vida, reconociendo a Jesús como tu Salvador.  Al igual que confías en la luz terrenal para evitar tropezar o equivocarte de camino, permite que la luz de Cristo ilumine tu ser. Su luz traerá gozo, paz y seguridad a tu alma.  Haz de Su Palabra tu lámpara diaria, cree en ella y confía en que Dios tiene todo el control. Serás luz para los que están a tu alrededor. 
¡Que Dios te bendiga!

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Mayda E. Pellot Cecilia

Sobre la autora:

Mayda E. Pellot Cecilia es Consejera Profesional Licenciada. Trabaja para la Universidad Interamericana de Puerto Rico en el Recinto de Arecibo. Desde su niñez es miembro activo en la Iglesia Presbiteriana Montclair en Isabela, Puerto Rico. Su pasaje bíblico favorito es Romanos 8:28 - Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

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