Tú Eres Único

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

– Efesios 2:10

Dios nos creó con un molde diferente a cada uno. Por lo tanto, es imposible que nos estemos comparando con otros. Estaríamos diciéndole a Dios que no hizo bien su trabajo. Sería levantar una calumnia, porque Dios todo lo hizo perfecto y Él no se equivoca. 

Meditaba yo que aún hasta los artículos o utensilios que uno utiliza de la misma marca y características, no son iguales aunque lo parezcan.  Mis herramientas de trabajo, son dos «osterizer» iguales. Incluso, tuve que escribirle un número para poder identificarlos. En un momento dado le puse el jarrón a la base incorrecta y se me trancó. Por lo tanto, no son iguales aunque lo parecen. De hecho me dió mucho trabajo, pero luego de varios intentos lo logré sacar. 🙌 

¿Qué te quiero decir con esto? Que visualizes, que así como sucedió con este ejemplo, lo mismo es con nosotros los seres humanos.  Aunque tengamos las mismas piezas (ojos, boca, nariz, brazos, piernas, etc… ) somos y actuamos de forma diferente. 

Si Él dice que somos hechos a su imagen y semejanza, entonces no somos cualquier cosa.  Tampoco, somos un objeto que se puede desechar.  Somos valiosos ante los ojos de Dios. 

El primer paso que debes dar se llama aceptación. Comienza aceptando que eres hechura de Dios. Eres un regalo muy valioso, una obra maestra.  Dios te ha dado talentos, competencias, habilidades, personalidad, experiencia para que puedas ser un regalo para otros. 

La Biblia dice en Efesios 2:10

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. 

La mejor comparación que puedes hacer es contigo mismo. Pensar en como Dios te vé debe ser más que suficiente para que puedas internalizar que eres la visualización de la obra más maravillosa creada por Dios. 

¿Sabías que? el estar comparándote con los demás lo que hace es ir poco a poco robando tu identidad. Además, le vas dando luz verde a la envidia (que es, el  deseo de hacer o tener lo que otra persona tiene.) 

La envidia no es saludable.  Es demasiado peligroso ya que te llevará a obtener cosas sin poder económicamente. Agotarás todos los recursos disponibles como sea, para poder saciar y lograr tu deseo. 

Aprende a ser tu mismo, no quieras ser o tener lo que otros tienen. 

Si tienes un concepto negativo de ti mismo, siempre te sentirás inferior a los demás y nunca estarás conforme con nada. 

Romanos 9:20-21 dice: Tú, hombre, ¿quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así»?

 El alfarero tiene el derecho de hacer lo que quiera con el barro. Del mismo barro puede hacer una olla para uso especial y otra para uso común. 

No pretendas ser como otros. No te creas peor ni mejor que nadie, ambas cosas son dañinas. 

El mismo Señor nos enfatizó en su palabra: 

Romanos 12:3

Que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe. 

Cuando reconoces quién eres en Dios tus mismas acciones te hacen brillar a la vista de todos, para que todos alaben al Padre celestial como dice: 

Mateo 5:16

dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial. 

Gálatas 6:4

Cada uno debe examinar su propia conducta. Si es buena, podrá sentirse satisfecho de sus acciones, pero no debe compararse con los demás. 

Así que no te compares con nadie.   Aprende a ser tu mismo y a verte como Dios te ve. 

Bendiciones🙏

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