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Ofrenda De Olor Grato
Nilsa Santiago Castro
«El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.»
– Proverbios 27:9
Saludos y bendiciones. La Reflexión de hoy está basada en el cántico que lleva por título: “Perfume a tus pies” por Marcela Gándara.
El compositor o escritor de este cántico comienza con la frase: “cuando pienso”. Les pregunto: ¿Qué es pensar? El diccionario tiene muchas definiciones para la palabra pensar, pero decidí escoger la siguiente: pensar es examinar con mucho cuidado un asunto o una cuestión para tomar una decisión o formarse una opinión sobre ella.
El cántico dice: “cuando pienso en tu amor y en tu fidelidad”. El compositor está meditando en el afecto y en la lealtad de Dios para con él y nosotros. “Cuando pienso en tu cruz” está meditando en el sufrimiento y en el sacrificio que hizo Dios por cada uno de nosotros. Está pensando en Dios.
También dice: “cuando pienso en cómo he sido” está recordando su vida pasada y en los cambios que Dios ha hecho en su vida. Y cuando dice “cuando pienso en tu mano”, piensa en toda la ayuda y los beneficios que Dios le ha brindado. Está pesando en su vida.
Pensando en estas cosas, dice: “no me quiero conformar he probado y quiero más”. Ha probado la fidelidad de Dios y se asombra de todo lo que Dios ha hecho por él.
Después de pensar (meditar), el reconoce la necesidad de aprender amar y a vivir conforme a la voluntad de Dios. El reconoce que para adorar a Dios, el tiene que rendir su vida a Dios por completo, lo que tiene, lo que es y lo que ha sido.
El resultado de pensar en Dios y reconocer la necesidad de agradar a Dios, nos lleva a postrarnos y adorar. No nos podemos conformar, tenemos que querer más y más de Él.
Que nuestro sentir sea el de adorar, amar, vivir conforme a la justicia y verdad que solo proviene de un Dios lleno de amor y misericordia para con sus hijos. Seamos una ofrenda de olor grato a los pies de Dios.
Juan 12:3:
Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Háganos como María, abramos nuestra botella de perfume más cara para adorar a Dios, para que su casa se llene de olor grato, PARA SU GLORIA Y HONRA.
Enamórate de Jesús: que derramando su sangre, llevo tu pecado y murió en una cruz, para darte la SALVACIÓN, un regalo no merecido, solo por gracia.
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