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Esperar Pacientemente

Esperar Pacientemente
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Nilsa Santiago Castro

«Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.»
– Salmos 34:6
Salmo 40:1
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
El Salmista David comienza este salmo diciendo que “pacientemente esperé a Jehová”.  Esto se refiere a una manera o modo de tranquilidad o sosiego para soportar las dificultades. 
La paciencia es una virtud que le falta al ser humano.  Cuán difícil es esperar en una oficina medica para ser atendido o hacer una fila larga para obtener alguna ayuda u obtener alguna cosa.  Todo lo queremos rápido y fácil.  No queremos pasar por ningún trabajo o esperar un largo tiempo. 
Esperar pacientemente es una declaración de nuestra confianza en saber que Dios es Fiel y que a su tiempo nos contestará o ayudará. 
Continúa el Salmista diciendo “y se inclinó a mí”, demostrando que Dios es sensible a nuestras necesidades. En los momentos de dolor, tristeza, necesidad y también en los momentos de gozo, alegría y prosperidad, cuando nos llegamos a Dios en oración Él está atento y escuchando.  Cuando Dios se inclina, muestra preferencia por ti y por mí, se encuentra dispuesto a escucharnos, abriendo su oído. 
Termina el Salmista el versículo diciendo “y oyó me clamor”.  Dios siempre nos oye.  Sus oídos están atentos a las oraciones de los justos para librarlos de sus angustias. 
Salmos 34:6
6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
Muchos en la Biblia se acercaron a Dios en oración, esperaron pacientemente y recibieron su respuesta porque Dios se inclinó y oyó su petición.  Ana (la madre de Samuel) oró y Dios le concedió un hijo.  David sufrió muchas situaciones difíciles, pero aprendió a esperar pacientemente. Otros no supieron esperar y sufrieron la consecuencias de su impaciencia.  Ejemplos de esto fueron Sara y Abraham que no esperaron que se cumpliera la promesa del hijo.  Sansón fue otro que, por tomar las mujeres de los filisteos, Dios se apartó de él. 
Les hago un cuento jocoso que escuche sobre una niña:
Entra a una tienda una madre con su hija pequeña.  El dueño de la tienda le dice a la niña que tomará dulce de un recipiente porque era gratis. Pero ella no toma nada, asi que por segunda vez se le repite lo mismo.  La niña sigue sin tomar ningún dulce, así que el dueño piensa que la niña es tímida.  Entonces, él decide meter la mano en el envase de dulce y le entrega a la niña los dulces.  Cuando salen de la tienda, la madre de la niña le pregunta: ¿por qué no tomaste los dulces si eran tus favoritos? La niña le contesta a su madre: porque sabía que si el dueño metía la mano sacaría muchos más dulces que yo. 
La niña fue sabia, espero pacientemente y obtuvo lo que ella quería.   Así, es Dios para con sus hijos cuando esperamos pacientemente.   Él suple nuestras necesidades y nos da la solución a nuestro problema y muchas otras cosas más. 
La Biblia declara que Dios siempre está oyendo y está atento a nuestro llamado.  Cuando llegue a tu mente la duda sobre si Dios te escucha y te preguntes ¿para qué orar?  Quiero que sepas, y nunca olvides, que Dios responde cuando Él sabe que es necesario, y no cuando tú quieras.  
Cuando llegue la duda, te aconsejo que haga tuyos los siguientes versículos:
Salmos 55:16-17 
En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
Salmos 18:6
6 En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
Salmo 116:1-2
 Amo a Jehová, pues ha oído
    Mi voz y mis súplicas;
2 Porque ha inclinado a mí su oído;
Por tanto, le invocaré en todos mis días.
Bendiciones

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