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La Esperanza Del Creyente
Nilsa Santiago Castro
«Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios»
– Salmos 146:5
Hay un dicho popular que dice: “La esperanza es lo último que se pierde”.
Si el mundo, que no tiene conocimiento de Dios, dice que la esperanza es lo último que se pierde. ¿Cómo debe ser la esperanza del creyente?
Primeramente tenemos que reconocer que la esperanza del creyente debe estar puesta en Jehová nuestro Dios. Bienaventurado y feliz es aquel, como nos dice el Salmo 146:5, cuya esperanza está en Jehová su Dios.
La palabra esperanza es la confianza en que ocurrirá o se logrará lo que se desea.
¿La oración genera esperanza? Claro que sí, tenemos la esperanza de que Dios nos va contestar nuestras oraciones.
¿La confianza en Dios genera esperanza? Claro que sí, la confianza en Dios es tener la esperanza firme y segura de que no hay nada imposible para Él.
Cómo debe hacer la esperanza del creyente:
Debe mantenerse firme:
Hebreos 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
Debe ser por fe:
Romanos 8:24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
Debe movernos a la purificación:
1 Juan 3:2-3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él (Jesús), se purifica a sí mismo, así como él es puro.
La palabra nos dice que la esperanza en Dios no avergüenza:
Rom. 5:3-5 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
También nos dice la palabra que la esperanza en Dios es alegría:
Proverbios 10:28 La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá.
Es muy fácil perder la esperanza cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aún en medio del dolor y el sufrimiento. Nunca pierdas la esperanza porque: Fiel es el que prometió.
Recuerda que la esperanza del creyente: (1) debe estar puesta en Dios; (2) debe ser firme; (3) es por fe; (4) nos debe mover a ser puros; (5) no avergüenza y (6) nos da alegría.
Digamos como el salmista:
Salmo 71:5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.
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