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Aprovechando el Tiempo

Karen Valoy

Karen Valoy

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

Por la gracia del Señor Jesucristo comenzamos otro año; inevitablemente hay meditaciones en el corazón. Quedan atrás logros y eventos sobresalientes del año que terminó y surgen metas o expectativas para el que comienza. En nuevos calendarios y agendas registramos compromisos y responsabilidades, marcamos fechas importantes y cosas que no deseamos olvidar. Así empezamos esta carrera que solo es posible vivir un día a la vez. 

Para aprovechar el tiempo es necesario establecer prioridades. Las trampas del ocio y de lo urgente compiten contra lo que es importante. Cuando el tiempo se agota, cosas de peso que quedaron desatendidas producen el resultado opuesto al que deseábamos. Vale la pena ir sobre algunos pasajes bíblicos que ilustran sobre el valor del tiempo. 

  • Salomón nos enseñó que hay un tiempo para todo, es decir, hay momentos propicios para la manifestación de las cosas. Hay que aprovechar estas ocasiones:

Eclesiastés 3:1 y 11a (RV60)

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”; y “Todo lo hizo hermoso en su tiempo”.

  • Un pasaje en Crónicas registra sobre el ejército de David. Entre sus valientes, los de la tribu de Isacar se distinguían por su capacidad de planificar de acuerdo a las circunstancias y dar estrategias valiosas a sus hermanos. Dejémonos dirigir y pidamos discernimiento también nosotros:

1 Crónicas 12:32 (RV60) 

“De los hijos de Isacar, […] entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.”

  • Jesús en el Evangelio según Mateo nos advierte contra la ansiedad por necesidades futuras:

Mateo 6:31-34 (RV60)

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? […] vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”

Debemos ocuparnos sin ansiarnos. La ansiedad es una tensión anticipada por situaciones que no sabemos si ocurrirán. Al ansiarnos perdemos enfoque y por ello, tiempo y fuerzas. Estos recursos hay que redirigirlos hacia la búsqueda del reino de Dios, quien provee lo que necesitamos.

  • Santiago nos exhorta a servir a Dios hoy y no postergarlo haciendo otros planes sin consultarle ni saber si podremos llevarlos a cabo:

Santiago 4:13-17 (RV60)

“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello […] al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.»

El apóstol Pablo nos dice que desconocer la voluntad de Dios conlleva pérdida de tiempo. El mejor consejo para alcanzar nuestras metas y las del Reino es buscar la dirección divina. Todo tiene su momento; planifiquemos con sabiduría, dejemos a un lado la ansiedad y consultemos al Señor.

Efesios 5:15-17 (RV60)

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

Contamos con la ayuda de Dios para lograrlo. ¡Éxito! Dios te bendiga.