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Ayúdame a Creer

Ayúdame a Creer en Dios
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

«¿Cómo que “si puedo”?—preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree.
 Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!»
– Marcos 9:23-24 (NTV)
La Biblia relata en el Capítulo 9 de Marcos una situación desesperante de un padre.  Ese padre tenía un hijo controlado por un espíritu maligno, dice la Biblia.  Se denota de la acción del padre que ya estaba desesperado.  No encontraba qué más hacer o a dónde más acudir por ayuda.  El joven, estaba en esa condición desde niño.  Por el relato entiendo que el padre era un hombre que conocía de Dios.  Probablemente, era un hombre fiel a las enseñanzas de sus tiempos, pero se encuentra en esta situación y acude a Jesús.   En ese momento, Jesús lo confronta con su capacidad de creer.   Y él, al analizarse, se encuentra que necesitaba más.
Pienso que era un hombre de fe, pero la situación de la vida, con su hijo, lo tenía agobiado.   Es por ello que reconociendo su condición, rápidamente, le contesta a Jesús con honestidad: ¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!    En otras palabras, si creo, pero necesito creer más.  
Sería muy fácil juzgarlo, pero tengamos en cuenta que para creer hay que tener fe, confianza, esperanza en Dios, su obra y capacidad de esperar con paciencia a ver  lo que esperamos como dice Hebreos 11:1
La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver. 
Si sientes que necesitas más fuerzas para enfrentar la lucha que llevas sobre tus hombros, solo dile a Dios:
 ¡Sí, creo, pero ayúdame a creer más!
Te invito a que leas el capítulo completo de Hebreo 11, pero aquí te incluyo un extracto que debes considerar.   
Hebreos 11 (extracto)
1 La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver. 2 Por su fe, la gente de antaño gozó de una buena reputación.
3 Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles.
13 Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido, lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto…
Bendiciones.

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