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Bajo la Sombra del Omnipotente

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Sandra Quiñones Barriera

Sandra Quiñones Barriera

“Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.”
Salmos 91: 9-10
Salmo 91 tiene 16 versículos para una vida segura, amparada, reformada y restablecida en Dios. En mi opinión este Salmo debería ser parte de nuestro diario vivir. 
¿Has estado ansioso, preocupado? Hay respuesta en el Salmo 91; ¿Triste y sin esperanza? Hay respuestas en el Salmo 91; ¿Tienes temor o miedo a la noche? Hay respuesta en el Salmo 91.  En el Salmo 91 hay respuestas de esperanza y gozo.
Yo me imagino que David tuvo muchos encuentros con ángeles y notamos su estrecha relación con Dios a través de este  Salmo.  Una de las características que encontramos en los Salmos es que encontramos a David haciendo preguntas que él mismo contestaba.  Comienza con preguntas y él mismo las responde en los siguientes versos.  No era que tenía problemas mentales; era que tenía una relación con Dios tan estrecha que la contestación a sus dudas y razonamientos o la revelación venía enseguida.
¿Cuántas veces usted y yo hemos hablado en voz alta, haciendo preguntas que al momento nosotros mismos nos contestamos?
¿En cuántas ocasiones el Espíritu Santo te ha dado respuestas inmediatas a tus interrogantes?
Incluso, te ha revelado sentimientos y ha abierto un amplio panorama a una situación estrecha y difícil a tu entendimiento. 
Salomón, le pidió a Jehová que le diera sabiduría para entender los tiempos y vemos a David su padre conversando continuamente con Dios.  Lo podemos ver a través de todos  los Salmos y como Dios le contesta sus interrogantes.  Como Dios le da entendimiento para que al momento halle las respuesta a sus preguntas. 
Hoy, más que nunca, debemos procurar mantener una estrecha relación con la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) para que los tiempos nos sean revelados.  Es un tiempo donde se ha levantado mucho profeta a hablar en su nombre, pero impera el temor, la duda, la desesperanza. 
Hoy más que nunca el pueblo de Dios tiene que pedir que Dios le revele sus propósitos y en medio de tantas voces podamos identificar la voz real de Dios.  He conocido al Dios misericordioso que ama, levanta, restaura y no quiero decir que no se van a levantar profetas en su nombre, pero depende de nuestra relación con Él para poder identificar su voz verdadera.
Juan 10:27
“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.”
En este pasaje tan corto vemos la relación, el amor y la misericordia de nuestro Dios; “Yo las conozco y ellas me siguen.”  ¡Dios nos conoce!  que hermosa expresión,  Dios te conoce. Tú lo sigues porque Él te conoce, porque Él nos amó primero.
No se da una conversación tan personal sin relación.  Fuimos alcanzados, amados y somos herederos de una gran autoridad a través de nuestra relación con nuestro Padre Celestial.
En los versículos del 9-16 del Salmo 91  hay toda una carta de derechos que tenemos disponible y que debemos poseernos los que hemos sido alcanzados por su gracia y por su amor.  Nos valida con su amor llenándonos de protección, enviando ángeles que llegan a nuestro auxilio; un Dios que promete estar con nosotros en medio de nuestra angustia, librandonos del mal, llenándonos de honores, colmandonos de vida y permitiéndonos gozar de su salvación.
Salmos 91:9-16 Nueva Versión Internacional (NVI)
Ya que has puesto al Señor por tu[a] refugio,
    al Altísimo por tu protección,
10 ningún mal habrá de sobrevenirte,
    ninguna calamidad llegará a tu hogar.
11 Porque él ordenará que sus ángeles
    te cuiden en todos tus caminos.
12 Con sus propias manos te levantarán
    para que no tropieces con piedra alguna.
13 Aplastarás al león y a la víbora;
    ¡Hollarás fieras y serpientes!
14 «Yo lo libraré, porque él se acoge a mí;
    lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé;
    estaré con él en momentos de angustia;
    lo libraré y lo llenaré de honores.
16 Lo colmaré con muchos años de vida
    y le haré gozar de mi salvación.
Toma este Salmo y hazlo tuyo, grábalo en tu mente y corazón.  Es tiempo de levantarnos, ser voceros de esperanza y asumir el Sacerdocio que Dios ha puesto en nuestras manos, con autoridad, con gozo y con estrecha relación con el Padre.  El es tu Padre y tu eres su hijo/a.

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