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Carta a Mi Dios
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto
Oh Señor , óyeme cuando oro; presta atención a mi gemido. Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque solo a ti dirijo mi oración. Señor , escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.
– Salmos 5:1-3 NTV
20 de diciembre del 2016
Amado Dios,
Hoy vengo ante ti, con mi corazón en la garganta y con unos deseos de llorar incontenible. He escuchado de voz de una hija tuya, una monja Argentina, que explicaba lo que está viviendo el pueblo Cristiano y un gran número de Musulmanes inocentes durante 4 años, ante la indiferencia de TODO el mundo. Incluyendo la indiferencia del pueblo Cristiano del Occidente. Hoy vengo ante ti, no para echar la culpa a nadie, sino para pedirte PERDÓN. Perdón, por mi indiferencia. Perdón, por mi apatía. Perdón por mi insensibilidad. Mi insensibilidad, no solo a lo que está viviendo la gente de Aleppo, Siria y otros países del mundo, sino mi indiferencia ante ti.
¡Dios! tengo tanto dolor en mi corazón, al pensar cuánto juego a ser cristiana y realmente no lo soy. Cuanto digo con mi boca que Te AMO y con mis actos digo todo lo contrario. Cuanto digo que tú eres el dueño de mi vida y dedico mi vida a TODO y TODOS, menos a ti. Dios mío, ¡perdóname! ¡Ayúdame!
Necesito tu ayuda, porque no se que hacer ni cómo hacer para salir de esta maraña en la que me siento metida. Me siento que El Mundo me tiene atrapada; en medio del trabajo (que me encanta), mi familia (que amo con todas mis fuerzas), aun con el ayudar a otros (que entiendo necesario), pero que a la vez, me consume todo mi tiempo, energía y esfuerzo. Es por esto que pido tu perdón y tu ayuda. No sé cómo hacerlo. No sé qué debo hacer. No sé cómo debo hacer.
¡Dioooooooossssss! Tu palabra dice que el que tenga falta de sabiduría la pida a ti. Necesito esa sabiduría. Necesito entender cuál es tu voluntad y propósito para mi vida. Necesito saber cómo cumplo con mis deberes de esposa, madre, hija, nieta, hermana, profesional, colega, sin quitarte el tiempo a ti. Necesito saber cómo no jugar más a ser cristiana y realmente ser una Nazarena como tú nos llamaste a ser; dedicados a ti.
Dios que difícil es vivir en este mundo y no ser parte de él. Ahora entiendo porque lo advertiste. Qué difícil es vivir por ti y para ti. Es que no se ni que significa eso en un mundo donde hay tantas exigencias. A veces quisiera salir corriendo, pero no a cualquier lugar. Quisiera correr a esos países necesitados, con esas tribus alejadas o quizás en conflictos como Siria, para poder vivir como decía aquella sierva tuya: “con alegría porque lo único por lo que se tienen que preocupar es por vivir como si fuese su último día asegurándose que viven en agrado de Dios”. Por eso pienso que no somos nosotros los que tenemos que apiadarse de ellos; si no por el contrario, son ellos los que tienen que apiadarse de nosotros, que teniendo todo, no tenemos lo esencial…comunión con nuestro Dios.
Ella termina diciendo que lo primero que ellos necesitan y piden de nosotros son nuestras oraciones. Pero qué va, nosotros necesitamos las oraciones de ellos. Estoy segura que ellos están más conectados al Padre Celestial que nosotros. Y la pregunta es: ¿Tenemos que ser perseguidos, estar en sufrimiento para vivir nuestras vidas apegada a nuestro Señor? Si es así, ¡qué tristeza! Esto es como decir que mis hijos solo me buscan cuando me necesiten, no porque su madre y me aman. Simplemente porque quieren saber de su madre, escucharla, saber que está bien, agradarme o simplemente mostrarme su amor. Dios que tristeza tengo en mi corazón, no puedo ni siquiera imaginarme cuánta tristeza tendrás tú, que has soportado esto por miles de años y en millones de personas.
Dios, termino mi carta pidiéndote otra vez, implorando, que me ayudes a que cada segundo de vida que me reste, yo pueda vivirlo como tú quieras y no como yo quiera. Estoy segura que tu plan y voluntad para mi vida significa cumplir con mi misión en tu reino y en fin esto será de bendición para todos los que me rodean.
Att.
Tu Hija
(Moraima De Hoyos-Ruperto)
Nota: Esta carta fue escrita por mi. Fue mi clamor hace casi 4 años. Dios ha sido fiel y me ha sacado de mi desesperación. Me ha dado la sabiduría para caminar en su voluntad. Hoy puedo decir: ¡Ebenezer! Hasta aquí me ha ayudado Dios y me ha dado la oportunidad de caminar en su plan y propósito. Uno de ellos es este ministerio Manos de Amor. Comparto esta carta, la cual considero muy íntima, porque quizás hoy tu te sientes igual como yo me sentía en ese tiempo. Quizás tienes un deseo de servir a Dios, pero sientes que no puedes y que todo te obstaculiza. Si es asi, yo quiero decirte que si puedes. Sé sincero(a), abre tu corazón a él y pídele que él te muestre el camino que debes seguir. El lo hará y tú podrás caminar en su propósito. Bendiciones.
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