Compañías No Tan Buenas

«Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama.  Un poco de levadura leuda toda la masa»

– Gálatas 5:7-9

“No frecuentes las malas compañías, no sea que aumente su número.”  George Herbert.

Dime con quién andas y te diré quién eres, dice un antiguo refrán. Seguramente muchos de ustedes lo habrán escuchado alguna vez. ¿Es cierto lo que afirma este refrán? ¿Cuánta verdad hay en estas palabras?

Los padres suelen preocuparse mucho por las personas que rodean a sus hijos. ¿Con qué clase de jóvenes se junta? ¿Con quién anda? ¿A qué se dedican? ¿Cómo es su familia? Y hacen lo posible para que sus hijos se relacionen con buenas amistades.

Mucho se habla sobre el peso de las influencias especialmente en la adolescencia. Las malas influencias pueden llevar a un adolescente a tomar malas decisiones y a involucrarse en situaciones de riesgo. Por el contrario, las buenas influencias pueden orientar al joven o a la joven por mejores caminos.

Los adolescentes son muy vulnerables ante el poder del grupo. Esta es una de las razones por las que los padres deben de estar muy atentos para conocer con quiénes se relacionan sus hijos.

Lo importante es saber rodearse de personas que potencien lo mejor de nosotros. La vida puede ser mejor y más simple si elegimos con quién pasamos nuestro tiempo. No debemos olvidar que nuestro tiempo y nuestra energía son recursos limitados. Es necesario aprender a elegir en qué y en quienes los queremos invertir.

Los terribles resultados de las malas compañías.

Aunque parezca que hay buenas cualidades en los vecinos y compañeros de trabajo o de estudios, ¿Significa eso que son buenas compañías para nuestros hijos? ¿Qué les ayudará a decidir si alguien es una buena compañía o no? ¿Qué efecto pueden tener esas compañías en su relación con Jesús?

Invite a los jóvenes a que se hagan estas preguntas: 

1- ¿Me ayudará la amistad con esta persona a mejorar mi relación con el Señor?

2- Según sus temas de conversación, ¿qué cosas son importantes para esta persona en la vida?

3- ¿Es lo más importante para esa persona el tener a Dios en el centro de su vida y a Jesús como su Salvador?

Las personas con quienes nos relacionamos influyen en nosotros para bien o para mal.

«El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado» (Proverbios 13:20).

«No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres» (1 Corintios 15:33). 

Las compañías no deseables pueden acarrear consecuencias funestas con el paso del tiempo. 

Los jóvenes deben aprender a relacionarse con quienes influyan positivamente en ellos.

«Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan Tus mandamientos» (Salmo 119:63).

«Andarás por el camino de los buenos, y seguirás las veredas de los justos» (Proverbios 2:20). 

Cómo comportarnos en medio de aquellos que no conocen al Señor.

1 Corintios 10:32-33 No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.  

2 Timoteo 2:22-26 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él. 

Si como padres y educadores, logramos que el comportamiento de los jóvenes sea conforme a lo que la Palabra de Dios enseña, entonces serán ellos los que influyan para bien en la vida de los otros y no los otros para mal en la vida de ellos.

Reflexión Recomendada: Reconociendo su Propósito