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Construyendo un Corazón de Barro

Corazón de barro
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Yeslie R. Cordero López

“Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.” ‭‭
– Isaías‬ ‭64:8‬ ‭RVR1960‬
En la palabra vemos que se presenta al Señor de muchas formas.  Entre ellas se le conoce como: el salvador, sanador, redentor,  amigo, padre etc…, pero entre muchos otros nombres se le conoce también como el alfarero. 
Y, ¿qué es un alfarero? El alfarero es una persona que tiene como oficio fabricar vasijas de barro. El barro es una mezcla de tierra y agua que puede tipificar dependencia y unión. Dependencia porque el barro no se forma solo y unión porque sin la mezcla necesaria y correcta el barro no se convierte en una obra maestra.
Cuando aceptamos al Señor como nuestro salvador comienza una transformación en nuestras vidas como la del barro.  Ahora dependemos totalmente del Señor.  
Si leemos Gálatas 2:20 dice: 
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
El barro somos nosotros, pero no tenemos forma.  Él es el alfarero que nos da la forma para sacar lo mejor de nosotros.
A continuación mencionaré algunos puntos  sobre el proceso literal del barro y como se compara con nuestra vida:
  1. El barro se mezcla con agua para poder  ablandarlo. 
Como Jesús es el agua de vida (Juan 4:13-14) va a tratar de ablandar cualquier corazón endurecido y es ahí cuando comienza a transformarnos a la forma que Él desea.
  1. El barro se va amasando y se le da cantazos. 
En este punto recordé un texto bíblico que dice que el padre que ama a su hijo lo amonesta ( Proverbios 3:12). Por lo que entendí que los cantazos son necesarios porque nos enseña y nos prepara para el siguiente proceso. 
  1. El barro se empieza a moldear. 
Si el alfarero mientras está moldeando se encuentra con una piedra tiene que parar el proceso de moldear para sacar lo que está estorbando y tiene que comenzar de nuevo el proceso.  Hay momentos en que el Señor nos tiene que romper (quebrar) para volvernos hacer y sacar lo mejor de nosotros.
  1. El barro se deja en reposo.
Necesitamos estar quietos, para el siguiente paso del proceso. 
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios (Salmos 46:10)
  1. Finalmente, se pasa por el horno para convertirse en una hermosa vasija.
Hay momentos donde pasamos por situaciones bien difíciles, pero ellas ayudan a moldear nuestro carácter y sobretodo a confiar en el cuidado de nuestro Dios. 
Concluyendo:
Como podemos ver el proceso del barro convertirse en una hermosa vasija es largo, difícil y doloroso. Por esa razón, lamentablemente no todos resisten ni aguantan todo el proceso para lo que estaban siendo creados. El Señor que es nuestro alfarero tiene un llamado diferente para cada uno de nosotros.  Pasamos por diferentes pruebas y procesos los cuales llegan a nuestra vida para formarnos y encaminarnos hacia su propósito. 
El barro no es algo bonito a la vista del mundo, pero sí del alfarero. El Señor nos escogió, sin importar la condición en la  que estábamos para construir nuestro corazón y que tengamos el valor correcto.
“«¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos.”
‭‭Jeremías‬ ‭18:6‬ ‭NTV‬‬

Te regalo esta canción: https://youtu.be/WRLVq8Uq2Xo

Bendiciones

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