Moraima De Hoyos Ruperto
Para siempre, oh SEÑOR, tu palabra está firme en los cielos.
Salmos 119:89
Una de las cualidades o características de nuestro Dios es que tiene palabra. Nuestro Dios es un Dios que dice y cumple. Hoy en día es difícil encontrar personas de palabra. Personas que digan y cumplan lo que prometen, pero Dios no es así. Y lo mejor, Dios cumple sus promesas aún cuando humanamente parece ser imposible.
En la historia relatada a través del Génesis referente a la vida de Abraham, hubo muchas promesas que parecían imposibles de cumplirse, pero todas se cumplieron. Cada pacto que Dios hizo con Abraham fue para bendición de su vida, descendencia y todos los que lo rodeaban. En el proceso de espera, que fue bastante largo, Abraham dio testimonio a todos, incluyendo a los que trabajaban para él.
Por ello, me impactan las palabras del hombre que trabajaba para Abraham:
«Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham —oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham.
Génesis 24:12 NTV
Abraham le dio testimonio y le enseñó sobre la confianza que había que tener en Dios y sus promesas.
Pues el Señor, Dios del cielo, quien me sacó de la casa de mi padre y de mi tierra natal, prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes. Él enviará a su ángel delante de ti y se encargará de que encuentres allí una esposa para mi hijo.
Génesis 24:7 NTV
Fue con esa Palabra y confianza que el siervo salió para cumplir su encomienda.
Cuando caminamos confiados en el Dios con el que hemos hecho pacto tenemos que dar testimonio de, en quién confiamos y por quién nos dirigimos. Puede que parezca imposible, ilógico o sin sentido, pero si Dios nos ha dicho debemos proclamarlo y seguir caminando en la fe de que él lo cumplirá.
Nuestro Dios es un Dios de Pacto. Él cumplirá todas y cada una de las promesas que nos ha dado. A nosotros nos toca caminar en fe y actuar con la convicción de que Él hará.
Para siempre, oh SEÑOR, tu palabra está firme en los cielos.
Salmos 119:89