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Solo Él Sabe Cuándo Es El Momento Ideal

Dios sabe el momento ideal
Picture of Yadira Campis & Jaime Medina

Yadira Campis & Jaime Medina

«Dios es nuestro refugio eterno: ¡confiemos siempre en él!»
– Isaías 26:4
Nos casamos y teníamos todo “perfectamente” planeado. Terminaríamos nuestros estudios universitarios, compraríamos lo que sería nuestro un hogar y entonces comenzaríamos a agrandar nuestra familia. Todo iba como lo “planeado”, pero pasaron 2 años, 5 años, 7 años y nosotros sin poder convertirnos en padres. Entonces comenzaron las presiones por parte de seres cercanos. Preguntas como: ¿ustedes que esperan para convertirse en padres?, ¿por qué están evitando los hijos si ya llevan tanto tiempo de casados?, ¿no sigan esperando para convertirse en padres que ya están entrando en edad? Estos tipos de comentarios nos acechaban constantemente.
Luego de casi 8 años de casados tomamos la decisión de consultar con varios especialistas en infertilidad e intentar diferentes tratamientos, pero todos fueron infructuosos. Hasta que llegamos a un centro de fertilidad donde analizamos la opción de un costoso tratamiento, que a nuestro pensar, obtendríamos el resultado deseado. En dicho tratamiento tendríamos que invertir una fluctuosa cantidad de dinero, sin embargo, estábamos completamente seguros de que todo iba a salir como se había planeado. Yo dentro de mi ignorancia pensaba que tenía el “sartén agarrado por el mango”. Era joven, saludable y estaba bajo las manos de uno de los mejores especialistas en infertilidad del estado, así que nada podía fallar. Pero una vez más olvidé un pequeño detalle, los planes del Señor no siempre son iguales a los nuestros. Como así se nos indica en Isaías 55: 8 Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Y así fue como nuevamente nuestro sueño de convertirnos en padres se desvaneció. 
Luego de la terrible desilusión, decidimos darnos un tiempo antes de comenzar a hablar nuevamente en la idea de convertirnos en padres. Es cierto que nos encontrábamos “sin un solo centavo en nuestros bolsillos”, pero cuando física y emocionalmente nos sentimos preparados tomamos la decisión de visitar nuevamente al mismo especialista. Aunque en esa ocasión más bien fuimos buscando respuestas del porqué el tratamiento no funcionó. Fue entonces en esa segunda visita donde sentí que Dios nos hablaba. Nuestro deseo era convertirnos en padres, pero durante esa cita entendí que el plan de Dios de alguna manera era diferente al nuestro, definitivamente Él nos quería para algo más. 
Durante la cita, el especialista nos habló más allá de una consulta de doctor a paciente, más bien nos compartió una experiencia muy personal. Él es un doctor que a través de toda su carrera ha ayudado a miles de mujeres a convertirse en madres, pero lamentablemente su esposa nunca pudo quedar embarazada. Así decidieron convertirse en los padres adoptivos de 5 hijos. Fue allí donde sentí que me abofeteaban una y otra vez. 
Ya luego hablamos de alternativas a un posible tratamiento nuevamente y luego de analizar todo accedimos tratarlo una vez más, pero esa vez, doy fe que todo fue completamente diferente. Esa vez TODO lo puse en las manos de Dios. Yo oré, oré sin cesar para que se hiciera la voluntad de Dios, no la nuestra. Durante todo el proceso me tocó tener fe y confiar en Él. 
Casi al cumplir nuestros 10 años de casados recibimos la noticia de que nos íbamos a convertir en padres, y por partida doble. Una niña y un niño se convirtieron en un milagro de vida. Nosotros no tuvimos que incurrir en ningún gasto médico, y nos convertimos durante 1 año en los embajadores de una organización dirigida a parejas con problemas de infertilidad. Fueron tantas las vidas que tocamos durante ese año que jamás me hubiera imaginado el plan que El Señor tenía para nuestras vidas. 
Quince años atrás, no entendía el por qué yo no podía convertirme en madre. No obstante, poco más adelante entendí que el plan de Dios si era que nos convirtiéramos en padres, pero debíamos llevar un mensaje de aliento y esperanza a los muchos padres que han pasado, están pasando o pasarán por el mismo camino que en una ocasión nos tocó recorrer…Bendiciones 

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