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Disfruten De Todo, Pero Sin Olvidarse De Dios

Disfruten De Todo Pero Sin Olvidarse De Dios
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Yadira Campis & Jaime Medina

“…Es un país con grandes y hermosas ciudades que ustedes no construyeron; con casas llenas de todo lo mejor, que ustedes no llenaron; con pozos que ustedes no cavaron, y viñedos y olivos que ustedes no plantaron, pero de los cuales comerán hasta quedar satisfechos. Cuando eso suceda, procuren no olvidarse del Señor”
– Deuteronomio 6:10-12 DHH
Dios les juró a Abraham, a Isaac y a Jacob, que les daría a ustedes esta tierra, porque son descendientes de ellos. Así que ustedes vivirán en ciudades grandes y hermosas que no edificaron, habitarán casas llenas de riquezas que no ganaron, beberán agua de pozos que no cavaron, y comerán uvas y aceitunas que no plantaron. Pero no olviden que fue Dios quien los sacó de Egipto y los libró de la esclavitud. Por lo tanto, adoren a Dios y obedézcanlo sólo a él. Si tienen que hacer algún juramento, juren sólo en el nombre de Dios.” (Deuteronomio 6:10-13 TLA). Esta fue la advertencia de Moisés al pueblo de Israel para cuando entraran a la tierra prometida, que se cuidaran de no olvidarse de Dios. Nosotros, como padres, debemos hacernos eco de estas palabras. 
Nuestros hijos, a diferencia nuestra, se están criando en una sociedad donde ya lo tienen casi todo en sus manos y parece que no les falta nada. Viven en ciudades grandes y hermosas que no edificaron, habitan en casas llenas de riquezas que no ganaron, beben agua de pozos que no cavaron, y comen uvas y aceitunas que no plantaron. La realidad es que vivimos en un entorno peligroso, donde para nuestros jóvenes, el mundo de hoy en día representa uno de los más grandes enemigos. 
Moisés temía que Israel después de entrar en la tierra prometida y de acostumbrarse a la prosperidad de la tierra se olvidaría de Dios y esa fue la razón por la que los orientaba (ver Deuteronomio 6). Nosotros, como progenitores, también tenemos la responsabilidad de aconsejar y cimentar unas bases sólidas para evitar que según nuestros retoños vayan creciendo e independizándose se cieguen por las riquezas materiales y se aparten de los caminos del Señor.
¿Qué puede provocar el distanciamiento entre nuestros hijos y el cristianismo? Pueden existir un sin número de razones por las cuales nuestros jóvenes se alejen de los caminos del Señor. Por ejemplo, cuando vemos que se complacen con tan solo llevar una vida de acuerdo con la moral en que vive nuestra sociedad actual. Por otro lado, vemos padres que no son el mejor ejemplo a seguir para sus hijos, pretendiendo que el servicio de los Domingos o la escuela dominical sustituya lo que a ellos les toca hacer en el hogar. Y pues de esta manera errónea asegurarse que los hijos aprendan la palabra de Dios y nunca se aparten de ella. 
Cada padre tiene la responsabilidad de ser el mejor ejemplo para sus hijos. Educándolos de manera correcta y protegiéndolos del mundo en que vivimos. Pero, sobre todo, el padre debe asegurarse que sus hijos crezcan con unas bases cristianas para que estos tengan la capacidad de entender que todo lo que tenemos y lo que nos rodea es gracias a nuestro Señor… Bendiciones

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