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¿A Quién Acudimos? En Medio de un Gran Problema

El Aceite de la Viuda
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Nilsa Santiago Castro

Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
– Salmos 34:6 
El Aceite de la Viuda, (2 Reyes 4:1-7) es un relato donde se encuentra una viuda con hijos, una deuda y sin nada con que sostenerse. ¿Qué clase de mujer es esta? 
Ver. 1: Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.
La mujer viuda se enfrenta a un grave problema, pero toma una decisión sabia: va a contarle su problema a quien podía darle consejo y ayuda, es decir, a la persona indicada (al varón de Dios).  Había decidido pelear esta difícil situación CON DIOS. Vemos aquí a una mujer de fe. 
Ver.2: Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
Eliseo le dice: yo solo no puedo resolver tu problema, ¿qué cosa tienes en casa? Solo una vasija de aceite.  ¡Qué poco!, ¿verdad? Como no sentirse afligida y desesperada en semejante situación.  Llena de deudas y con tan solo una vasija de aceite. Sin embargo, esa vasija de aceite era suficiente para que Dios le resolviera su problema. 
Vers.3: El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
Eliseo le da una orden a la mujer.  La viuda obedece su palabra sin chistar.  No discute con el profeta.  Podría haber dicho: ¿para qué traer vasijas si no tengo con qué llenarlas?
Vemos a una mujer de buen testimonio con sus vecinos. Si ella hubiera sido una mala vecina, chismosa o insolente no se hubiera atrevido a hacer tal pedido. Sin embargo, ella y sus hijos van casa por casa y recogen una gran cantidad de vasijas.   Lo más interesante es que la viuda consintió al pedido del profeta que añadía una humillación más a las que ya estaba pasando.
Vers.4 y 5: Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
Trabajo en Equipo.  Hay una unión familiar en el momento de crisis. Sus hijos, obedientemente, hacen todo lo que su madre les pide, sin cuestionarle nada. 
Muchas veces las crisis dividen a las familias, ya que sus integrantes comienzan a culparse el uno al otro de la situación que les ha tocado vivir.  No saben o no quieren, por egoísmo, enfrentar la responsabilidad que le corresponde a cada uno. 
Pero esta familia unida, en completa intimidad, realizan en perfecta armonía el trabajo que el profeta les había encargado, contribuyendo con su FE, a que se produzca el milagro.  
Vers.6: Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 
Cesó el aceite. Mientras más vasijas, más aceite se derramaba.  Los límites a las bendiciones de Dios las ponemos nosotros, no DIOS.  Cuanto más fe tengamos y más firme esa nuestro compromiso con Dios, más unción del Espíritu Santo vendrá sobre nosotros. Quieres que las bendiciones de Dios no cesen en tu vida, deja que el Espíritu Santo tome el control de tu vida. 
Vers.7: Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
La mujer vuelve al profeta para contarle el milagro sucedido. Ella pudo pagar todas sus deudas y le sobró lo suficiente para vivir con sus hijos sin ningún problema.
Esta viuda acudió a Dios pobre y oprimida.   ¿Cuál fue el resultado? salió rica y libre.
Repasemos los atributos de esta viuda:
  1. En su problema, acudió a la persona que podía ayudarla. 
  2. Era una Mujer de FE
  3. Fue obediente
  4. Tenía un buen testimonio
  5. Mantuvo su familia unida en la adversidad 
  6. Fue sabia con el milagro recibido 
Conclusión: 
Dios te dice: “Declárame qué tienes en casa”.
Dios puede utilizar lo poco que tengas para suplir tus necesidades. En los momentos de dificultad y necesidad debemos acudir al que todo lo puede; al Dios Todopoderoso.  El Poder de Dios no tiene límites, los límites los pones tú con tus actitudes, dudas y falta de Fe.  Dios puede hacer lo imposible, utilizando lo poco posible que está al alcance de nuestra mano. 
Para la pobre viuda el aceite era algo muy insignificante en medio de su pobreza, pero Dios lo transformó en una fuente inagotable de bendición.
Jeremías 33:3
Clama a mí, y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes 
y ocultas que tú no conoces.

Reflexión Recomendada: Pasión en Medio de la Necesidad

Nilsa Santiago Castro

Sobre la autora: Nilsa Santiago Castro

Nací en Mayagüez, Puerto Rico. Soy miembro de la Iglesia Evangélica Neo-Testamentaria de la Urb. Quinto Centenario del Pueblo de Mayagüez. Actualmente soy Diaconisa y Secretaria de nuestra congregación. Amo a Dios sobre toda las cosas porque reconozco que sin Él nada soy y nada tengo. Versículos Guía: Salmo 103: 1-2 1Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

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