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El Señor Está Ahí Para Ti, Solo Confía.
Yadira Campis & Jaime Medina
“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.”
– Filipenses 4:6 DHH
Meditando en el versículo 4:6 de Filipenses “No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración…” me vino a la mente que nuestra vida está llena de pruebas y/o situaciones y es algo que diariamente tenemos que afrontar. Todos los seres humanos, desde los más chicos hasta los más adultos, nos enfrentamos a diferentes situaciones ya sea en el ámbito personal, laboral o familiar. También estamos expuesto a diversas pruebas como lo son la toma de decisiones en momentos importantes, problemas financieros, entre otros. Son pruebas y situaciones que nos pueden durar días, semanas, meses y hasta años, y en ocasiones pueden causar que algunos pierdan la calma, la paz y lamentablemente los más débiles pudieran hasta perder su fe. Sin embargo, los verdaderos creyentes vivimos con la seguridad y certeza de saber que Dios nos acompaña (Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo”) y nos ayuda siempre, solo debemos confiar en él y creer que en él todo es posible (Mateo 19:26). El Señor es el único que puede brindarnos esa paz que el mundo no puede darnos (Juan 14:27).
En Filipenses 4:6 RVR1960, el apóstol Pablo se dirigió a los cristianos de Filipos y les exhortó “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego…” dicho de otro modo, que no se preocupasen por nada, que oraran por todo, y que presentarán todo a Dios. En muchas ocasiones es inevitable el preocuparse, pero cuando encomendamos nuestras peticiones, preocupaciones o situaciones al Señor, el peso de esas inquietudes se alivia. ¿Cuántas veces has experimentado ese alivio?
La oración es la manera más efectiva y poderosa de comunicarnos directamente con nuestro creador, es un dialogo personal con él. En cada una de nuestras tomas de decisiones, ya sean familiares o personales, recurrimos al Señor en busca de la respuesta correcta. Él nunca nos ha fallado. En ocasiones la respuesta no es tan rápida como quisiéramos, pero nunca ha dejado de responder a nuestras peticiones.
Hay oportunidades que no se repiten, pero en ocasiones esas oportunidades no son las más convenientes. En una ocasión se nos presentó una oportunidad para un negocio propio el cual iba a requerir un sacrifico de parte de todos los miembros de la familia. Analizamos la oferta, buscamos recomendaciones de expertos en el área, estudiamos los libros de finanzas, consideramos el mercado y mientras realizábamos todas las gestiones nunca dejamos de orar por la dirección del Señor. Constantemente orábamos al altísimo por su intervención, que nos dejara saber, de cualquier manera, si debíamos proseguir o paralizar el proceso. Nos tomó varias semanas estudiar y analizar la situación. Semanas que vivimos con una mezcla de sentimientos ante la situación, nos encontrábamos muy emocionados con la oportunidad, pero por otro lado muy preocupados porque no estábamos seguros si era un buen negocio. Solo nos quedó confiar en el Señor con todo nuestro corazón (Proverbios 3:5), confiar en que él nos iba a contestar nuestras oraciones, confiar en que él nos iba a dar la respuesta, confiar en que él nos iba a dejar saber si esa oferta nos convenia. Y así lo hizo, minutos antes de sentarnos en la mesa de negociaciones, él nos envió la señal, nos hizo entender que no era un buen negocio para nosotros. Confía, no te angusties, Dios no nos dejará solos, él es más grande que cualquier problema y lo que sea, pídelo en oración, él te contestará… Bendiciones
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