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El Señor No Nos Abandona
Yadira Campis & Jaime Medina
“Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían”
– Nahum 1:7
Todos coincidimos que hace unos ocho meses nuestra vida cambió drásticamente y de manera inimaginable. En solo días tuvimos la necesidad de modificar nuestra manera de vivir libres a vivir una vida de encierro total. En algunas partes del mundo, siendo por varias semanas y en otras partes por mucho más tiempo. Hemos presenciado cómo el ser humano, alrededor del globo terráqueo, ha tenido que aprender a adaptarse a esta nueva realidad y a las nuevas normas: distanciamiento social y utilización de máscaras en todo momento y en todo lugar. Llevamos meses sin poder asistir a una reunión familiar, sin poder apreciar la sonrisa que nos regala ese desconocido que nos cruzamos de frente, y sin poderle dar ese cálido abrazo a nuestros amigos o familiares. Hicimos planes para el futuro y solo bastó un virus para alterar completamente nuestros planes y provocar ser cancelados. ¿Quién diría que en pleno siglo XXI tendríamos que vivir de esta manera? Solo Nuestro Señor lo sabía. Las cosas secretas pertenecen a Dios (Deuteronomio 29:29). Ya Él conocía lo que iba a suceder.
Tristemente nos ha tocado vivir tiempos muy difíciles. Tiempos donde esta pandemia nos ha cambiado la vida para siempre. Este ha sido un periodo de tiempo donde constantemente nos preguntamos; ¿Cuánto tiempo nos tocará vivir así? ¿Nos recuperaremos? ¿Cuántas vidas más se perderán? Aunque me parece que sería mejor preguntarnos; ¿Cuál será el propósito de Dios para el mundo con todo lo que está sucediendo? ¿Cuál será su propósito con cada uno de nosotros?
Las respuestas a todas estas preguntas aún son inciertas, pero confió en que al menos hayamos aprendido a través de estos tiempos:
Sobre el verdadero valor y amor por la vida y el aprecio al prójimo. Hemos percibido cómo esta enfermedad infecciosa puede atacar a todos por igual y cada día nos demuestra que todos podemos enfermarnos y cuánto nos necesitamos unos a otros.
Que hayamos aprendido que la vida es muy corta, por ejemplo, cuando vemos a niños y jóvenes falleciendo debido a esta enfermedad y como nos indica Santiago 4:14-15 “ni siquiera sabemos lo que nos traerá el mañana, viviremos y haremos esto o aquello, si el Señor quiere”.
Que hayamos aprendido a ser perseverantes en la oración. Como solía decir Billy Graham “La oración es el arma más grande del cristiano”.
Que hayamos fortalecido nuestra fe en estos tiempos de pruebas e incertidumbres. “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré…” Isaías 41:10
Este tiempo que nos ha tocado vivir ha sido una experiencia que ha impactado la vida de todos en nuestro hogar, pero es nuestro deber como padres mantener nuestra familia unida y mantener un ambiente familiar libre de temor y ansiedad.
Deseo finalizar recordándote que, aunque todos hemos tenido que vivir bajo estas condiciones, que parecerán muy difíciles, Dios está a nuestro lado y nos ayudará en todo momento.
Declaremos “Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían” (Nahum 1:7) … Bendiciones
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