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Firmes por Siempre

El Señor rodea a su pueblo
Sandra Quiñones Barriera

Sandra Quiñones Barriera

El Señor rodea a su pueblo 
125 Cántico de peregrinación.
Los que confían en el Señor
son como el monte Sión,
inamovible, firme por siempre.
Como los montes rodean Jerusalén,
así el Señor rodea a su pueblo
desde ahora y para siempre.
– Salmos 125:1-2
Me gustan los abrazos, particularmente ese abrazo sincero que te compone el alma. Ese abrazo especial que habla a tu corazón y te dice que no estás solo; que saldrás de esa situación. Ese abrazo apretado que sustituye toda palabra innecesaria; cubriendo toda herida.  Ese abrazo donde te sostienen, porque de lo contrario caeríamos al suelo rendido.
La palabra nos hace una comparación de la importancia de confiar en el Señor y nos dice que los que confían en Él son como el monte de Sion, inamovible ( no se mueve). Otras versiones dicen que no se deslizan, no resbalaran, estarán firmes para siempre.
Esta palabra es un medidor personal que nos lleva a evaluar nuestra capacidad de confianza en Dios. No es casualidad que en estos tiempos inciertos, de tantos cambios, Dios nos lleve a esta palabra tan directa y propicia.  Dios nos está haciendo un llamado a que seamos honestos y reconozcamos la necesidad de afianzarnos más que nunca en su palabra y en la búsqueda constante de su presencia.  
Dios quiere que lo imitemos en la firmeza de su carácter tal como lo describe la palabra en Santiago 1:17 
“Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”
Dios no se mueve, no se muda ni en Él hay sombra de variación.  Él es el mismo por siempre, es inconmovible; una característica de aquel que confía en Jehová.
Si hay algo que me llena de gozo, me quita todo temor y duda es la certeza de que Dios está presente.   Ese dato me llena de firmeza y entereza.  En el versículo 2 del Salmo 125 hace una comparación y nos afirma que tal como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo.  Dios está abrazando a su pueblo, sanándolo, consolándolo, amándolo, porque esa es su naturaleza.  Dios es amor, cuidador de su pueblo y está presente en todo momento.
Contrario a esto, una persona que no confía en el Señor, es una persona inestable, que no tiene firmeza y puede resbalar o deslizarse en cualquier momento.
¿Cómo puedo ganar confianza en Dios?  
Conociéndolo.  
Pasando tiempo en la búsqueda de su presencia, leyendo la biblia, orando, intimando con el Padre.  Solo así, ganaremos confianza en nuestro creador y seremos abrazados por Él en el tiempo difícil y angustioso.
Oración: Padre, gracias por tu fidelidad, porque no te mueves y estás presente abrazando a tu pueblo.  Ayúdanos a que podamos crecer en confianza y amor hacia ti porque eso traerá estabilidad a nuestras vidas.  Amen.

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