Esposa por Diseño

A lo largo de nuestra vida, nos enseñan muchas cosas; aprendemos las materias, nos capacitan para un trabajo y aunque de niñas nos compran muñecas y nos inculcan a ser madres la realidad es que nunca estamos listas para ser esposas y mucho menos para ser madres.  Llegamos al matrimonio ilusionadas de una vida juntos y pensamos en las historias de princesas donde culmina…y vivieron juntos para siempre. 

La vida en matrimonio es una muy compleja.  Somos dos personas con costumbres, ideas, formación, sueños y anhelos distintos.  Recuerdo que cuando me casé no tenia idea de la aventura que emprendía.  Fui poco a poco aprendiendo como comprender a mi esposo y como esforzarme por hacer de nuestro matrimonio uno agradable y saludable.  La palabra nos enseña que “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba” Prov 14:1. A veces pensamos que la relación de pareja es 50 y 50 pero si leemos bien este versículo podemos comprender que debemos dar más del 50.  Debemos ser esa mujer sabia, que tiene la respuesta acertada para su marido, que puede ser un apoyo para él y pieza clave en la crianza de los hijos.  Dios nos da un rol importante en la edificación de nuestro hogar. Por lo tanto, debemos primeramente temer al Señor y trabajar sin cesar en la edificación de nuestro matrimonio. Para esto es necesario evitar discusiones vanas y enfocarnos en tratar a nuestro esposo de la manera que nos gustaría nos trataran.  Ser la esposa cariñosa, atenta, emprendedora y capaz de llevar nuestras relaciones familiares de una manera sana y agradable a Dios.

Hace algunos años le pedí al Señor me convirtiera en esa mujer virtuosa que describe Proverbios 31:10-31 y es que “El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” Prov 31:11-12 Ser esposas ciertamente no es tarea fácil y en el intento muchas veces tenemos altas y bajas.  Nada que la oración no pueda vencer.  Busquemos vivir nuestros matrimonios de manera que agraden al Señor.  Seamos esposas por diseño, sin importar que no vimos el ejemplo en el hogar de nuestros padres, siempre debe haber espacio para mejorar.  Decide ser hoy una mejor esposa y por consiguiente mejor madre.  En este proceso de dar, nos sorprenderemos de lo mucho que recibiremos.   Les invito a reflexionar en este pasaje de proverbios 31:10-31.  Pídale al Señor que le ayude a diseñar su matrimonio de la manera que Él desea que sea. ¡Bendecidos!