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Evitando Perder la Esperanza
Sandra Quiñones Barriera
¡El fiel amor del Señor nunca se acaba!
– Lamentaciones 3:22 (NTV)
Lamentaciones 3:21-23(NTV)
No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente:
¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan.
Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana.
Cuando manejo mi auto evito las distracciones. No me gusta utilizar el teléfono, por lo tanto, lo dejo dentro de mi cartera y si alguien me llama le devuelvo la llamada tan pronto llegue a mi destino. Me concentro en el camino, busco mi seguridad y la de las demás personas. Además, evito los malos tramos y me enfoco en llegar a mi destino.
¿Por qué les traigo esto? Porque la vida está llena de decisiones y caminos. A través de ellos tenemos la potestad de controlar y evitar en nuestra vida la pérdida de la esperanza, la paz y el amor. Podemos controlar y evitar las distracciones que nos quieren ir alejando del propósito para el cual fuimos creados.
En el libro de Lamentaciones, específicamente en el Capítulo 3 de los versículos 21-23, hay toda una charla motivacional. Muchas veces nos tocará a cada uno de nosotros hablarnos y decirle a nuestra mente y corazón palabras o frases que nos consuelen y nos lleven a continuar caminando, aun cuando el camino sea adverso y dificultoso. Si hay algo que tenemos que aprender de David, en muchos de los Salmos, es que él se hablaba, se motivaba y le daba órdenes a su mente y su corazón. Sus palabras lo consolaban, le daban nuevas fuerzas y aunque parecía locura, Él preguntaba y se contestaba. Esto lo puede hacer el creyente que conoce la palabra de Dios. Puede darle respuestas a sus miedos con la palabra de Dios, como por ejemplo:
Salmo 27:1
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
En mi opinión, pienso que David tenía mucho miedo y le está hablando a su mente y corazón. ¡Qué gran estrategia!
Cuando le creemos a Dios, podemos entender que su amor y misericordia no tiene límites. Él no te ama por lo que tú le das. Él te ama porque Él te creó. Fuiste su obra maestra. Por eso el cristiano que se considera parte del Reino de Dios y su justicia vive confiado en que Dios lo mira, lo ama, lo reconoce y tiene intención de bendecirlo.
David lo sabía. Por eso escribe en el Salmo 23:1 Jehová es mi pastor, nada me faltara. Es una confianza depositada en su Creador. No era que no le faltara algo, es que sabía que aun faltando, en su momento Jehová le supliría.
La fidelidad de Dios es grande. Tan grande que su intención es bendecirte y no te va a dejar en una situación difícil, precaria e injusta.
Hoy, Él te recuerda que sus misericordias, su amor, su gracia se renueva cada mañana, porque grande es su fidelidad.
Esto es una palabra demasiado apropiada para el tiempo que vivimos.
Es importante declarar, creer, hablarle a tu mente y corazón y recordarles que Dios sigue siendo Dios.
Que su fidelidad no tiene fin y su misericordia se renueva cada mañana. Cuando tu haces este ejercicio te llenas de esperanza, comienzas a evitar perderla, conduces enfocado por el camino de la esperanza, te alejas del temor y la duda.
Es entonces que podemos levantar la voz desde nuestros hogares, congregaciones y decir lo mismo que decía David en el Salmo 27:3
Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
Te invito a que escuches y cantes esta alabanza: https://youtu.be/oDq5UZSYaPw
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