Moraima De Hoyos-Ruperto
"¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre! "
1 Crónicas 16:34
Leí una reflexión de “Diany Biblia Creativa” que decía: Agradecer a Dios después de haber respondido nuestra oración se llama gratitud dale gracias antes se llama fe.
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
(Efesios 2:8-9)
Eso me hizo reflexionar sobre ambas palabras. Al reflexionar encontré que he estado centrada, durante este tiempo, en la fe. Pero, ciertamente es tiempo de agradecer a Dios por lo que Él ha hecho en nuestras vidas y también por lo que hará.
La gratitud es una virtud que creo se ha perdido un poco. Hay una idea general de qué los padres tienen que hacer, los patronos tienen que hacer, los hijos tienen que hacer, el gobierno tiene que hacer, o sea todo el mundo tiene la obligación de hacer algo para otros. Aunque es cierto que dentro de nuestros roles (padres, hijos, patronos, gobierno, etc.) en la sociedad tenemos unas responsabilidades, la verdad es que muchas veces no tenemos que hacer lo que hacemos. O simplemente hacemos más de lo que nos es requerido porque lo queremos hacer con excelencia, por amor, pasión o devoción.
Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
(Colosenses 3:17)
Un ¡GRACIAS! Dicho desde el corazón puede hacer una gran diferencia. Regresar a una persona y contarle cuánto le fue de ayuda una gestión que le hizo puede salvar vidas. Dejar una nota de agradecimiento por algo que pudiera ser parte de las responsabilidades de esa persona, puede ayudar a que lo siga haciendo con excelencia. Un mensaje que muestre que su tiempo y esfuerzo valieron la pena, puede hacer que otras personas de igual forma sean bendecidos. En fin, una muestra de agradecimiento puede hacer que nuestras relaciones de familia, trabajo, iglesia y comunidad sean lo que Dios quiere para nosotros;un ambiente de paz.
Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)
Así que hoy quiero aprovechar este mensaje para dar gracias a Dios, primeramente por la vida que me ha dado, por su amor y su misericordia conmigo cada día.
Quiero dar gracias a mi madre, hermano, cuñada, sobrinos, mi esposo e hijos por ser parte de mi familia, que me ha apoyado y sustentado aún en los momentos más difíciles.
Quiero dar gracias a los amigos que a través de los años han sido una pieza importante en mi crecimiento como persona.
Quiero dar gracias a mis hermanos en la fe quienes en sus rodillas han sustentado mi vida.
Quiero dar gracias a todos los que han colaborado de una forma u otra con este ministerio, MimAmor, porque con ello han ayudado a que se cumpla el mandato de que el Reino de Dios sea esparcido por toda la tierra.
Quiero dar gracias a aquellas personas que Dios ha permitido que de una forma u otra se cruzaran por mi vida para enseñarme y sacar lo mejor de mí. Estos pueden incluir, entre otros, a mis compañeros de trabajo, pero también aquellas personas que me han dado algún servicio en cualquier lugar.
Gracias a todos, porque lo que soy hoy es un reflejo de lo que he ido aprendiendo a través de todos ustedes.
¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!
(1 Crónicas 16:34)
¡Gracias y Bendiciones!