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La Paciencia: Una Virtud que nos Hace Diferente

Foto sobre paciencia
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Yadira Campis & Jaime Medina

“Sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia”
– Santiago 1:3 (NBLA)
En un curso de capacitación estudiamos los tipos de temperamentos del ser humano. Estudiábamos El Sanguíneo, El Flemático, El Melancólico y El Colérico, sus fortalezas y debilidades. De este modo, mientras los íbamos estudiando, logramos hacer una autoevaluación para reconocer cual era nuestro temperamento, y también poder eficazmente identificar el temperamento de nuestros hijos. Aunque somos una familia con bastantes cosas en común, definitivamente nuestros temperamentos y personalidades son muy diferentes, lo cual no ha sido fácil. Hemos tenido que aprender que cada uno de nosotros tiene características y cualidades propias y por lo tanto reacciona de manera diferente ante diversas circunstancias. Uno de nuestros hijos tiene un temperamento flemático, es una persona tan paciente que en ocasiones le hace “perder» la paciencia a los que le rodean. Hace unos días mientras realizábamos una actividad sentí que perdía la paciencia y le dije “dame, yo lo hago”, pero al ver como su estado de ánimo cambió y noté en su rostro frustración, rápidamente medité sobre mi reacción y recapacité, y de inmediato el fruto del Espíritu Santo me llenó de paciencia (Proverbios 25:15) y le permití continuar lo que estaba haciendo, y a su propio ritmo. Cada día le agradezco al Señor de la manera en que está moldeando nuestro ser, nuestra familia y seres queridos para así lograr ser más pacientes con los demás y con todo los que nos enfrentamos diariamente.               
La paciencia es una virtud que no todos los seres humanos poseen y que Dios aprecia de manera especial. La paciencia es algo que se cultiva mediante las pruebas vividas. Al mencionar la palabra paciencia rápidamente viene a mi mente Job como el mejor modelo de paciencia. El libro de Job nos explica todo lo que a él le ocurre, dejando ver todas las pruebas y sufrimiento a las que fue sometido y aun así nos dio la demostración de una inigualable paciencia. Job, a pesar de todos los percances que afrontó, nunca perdió su fe, su confianza, capacidad emocional y fidelidad a Dios.
La biblia también menciona muchas veces la palabra paciencia, como lo podemos ver en Eclesiastés 7:8; El que tiene paciencia llega a la meta, el Rey Salomón nos recuerda que ser pacientes es muestra de mucha inteligencia (Proverbios 14:29) y nos enseña que vale más ser paciente que valiente (Proverbios 16:32) y Pablo encomienda a los Efesios (Efesios 4:2) a ser humildes, amables y pacientes. La paciencia es una característica muy importante que todos debemos tener y conservar. Debemos ser pacientes en todo lo que hagamos y con las personas que nos rodean. Al ser pacientes tendremos la capacidad y las herramientas necesarias para manejar con calma y tranquilidad las circunstancias que se presentaran en nuestras vidas.
Oremos: Amantísimo Padre Celestial, ayúdanos a tener la virtud de la paciencia de Job y permítele al Espíritu Santo que moldee nuestro temperamento, carácter y personalidad. Señor enséñanos también a tener la paciencia que tú tienes con nosotros y capacítanos a enfrentar con paciencia las dificultades que atravesamos día a día. Amén
“La paciencia es un ejercicio de amor, fe y humildad que hace crecer a las personas”.

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