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Pasión en Medio de la Necesidad

libro de nehemías
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Sandra Quiñones Barriera

…¿Cómo no voy a estar triste cuando la ciudad donde están enterrados mis antepasados está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego?
– Nehemías 2:3 NTV
Nehemías 2:1-3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Nehemías va a Jerusalén
(1) A comienzos de la siguiente primavera, en el mes de nisán, [a] durante el año veinte del reinado de Artajerjes, le servía el vino al rey y, como nunca antes había estado triste en su presencia, (2) me preguntó:
—¿Por qué te ves tan triste? No me parece que estés enfermo; debes estar profundamente angustiado.
Entonces quedé aterrado, (3) pero le contesté:
—Viva el rey para siempre. ¿Cómo no voy a estar triste cuando la ciudad donde están enterrados mis antepasados está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego?
Durante estas semanas he estado estudiando acerca del libro de Nehemías y su similitud con nuestros tiempos. Tiempos de destrucción, desolación y angustia. Físicamente Jerusalén estaba destruida en términos de estructura, pero en nuestros tiempos en términos humanos, sentimentales, salud mental y emocional. 
Voy a tomarme unas semanas en este estudio, pero quiero que sepas que Nehemías había prosperado como individuo. Como profesional ocupaba un puesto muy importante en el reino de Artajerjes, tenía un puesto de mucha confianza.  Él era el que le servía el vino al rey, de hecho, lo probaba antes que el rey para garantizar la vida de Él. Aunque, entiendo que vivía cómodo, rodeado y al servicio de la casa real, su corazón estaba ligado a su lugar de procedencia.  Al escuchar las noticias de las ruinas y el deterioro de la ciudad de Jerusalén su corazón se llenó de tristeza al grado que el rey notó su angustia y pensó que estaba enfermo.
La tristeza era provocada por la desolación y la falta de protección que vivía su pueblo.  Las puertas de la ciudad habían sido consumidas por el fuego y obviamente carecían de seguridad.  Estaban en el abandono, sin ayuda, sin esperanzas y tal vez sin motivación para comenzar.
En Puerto Rico vivimos unos momentos tormentosos luego del huracán María, de hecho, la diáspora fue evidente.  Era más fácil abandonar que reconstruir. Actualmente hemos sido testigos del derrumbe de muchas estructuras por causa de los terremotos.  Hermosas estructuras que no aguantaron los temblores ocurridos en los últimos tiempos y la recomendación fue derrumbarse.  Hay mucha tristeza a causa de la pandemia del Covid 19 porque familias enteras han sentido el alejamiento y el desamparo de la gente que ama por temor a contagiarse.  
Todo esto es una realidad, pero alguien tiene que dejar su zona de confort y sentir tristeza.  Alguien tiene que sentir el deseo de hacer algo diferente que le devuelva a la comunidad el deseo de levantarse y seguir caminando confiados en que Dios nunca abandona sus hijos. Ese alguien tiene que ser un ungido de Dios que no tenga temor, sino que el amor y la pasión lo mueva y lo motive a aceptar el llamado que Dios hace en este tiempo.
Qué triste sería la historia de Jerusalén si Nehemías solo hubiese experimentado angustia y tristeza, pero no la hubiera acompañado de acción que provocará un cambio.  Nuestros tiempos están llenos de gente que experimenta tristeza y pena por las situaciones que vive su prójimo, pero están vacías de acción que provoque una actitud de esperanza y transformación. 
Jesús, en su caminar por este mundo, nos enseñó que hay que llevar un evangelio transparente donde la palabra y la acción estén entrelazadas. Jesús, provocó con sus acciones esperanza y testimonios de restauración.  Este es el tiempo en que el pueblo de Dios ha sido capacitado en teoría, pero llegó el tiempo de la práctica.
Dios está esperando que esa angustia que sientes se convierta en acción restauradora.
Mateo 28:16[ La gran comisión] Entonces los once discípulos salieron hacia Galilea y se dirigieron al monte que Jesús les había indicado.
Es tiempo de salir de [tu] Galilea, esa ciudad que ya no te reta, ciudad que te da confianza y estabilidad.  Es tiempo de obedecer el llamado, de salir al lugar que Jesús nos ha indicado.
Tienes una gran comisión por cumplir. 

Reflexión Recomendada: Evitando Perder la Esperanza

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