«Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.»

– 1 Pedro 2:9

La oscuridad no existe; la oscuridad no es más que la ausencia de luz. Donde falta la luz, hay confusión, temor, vacío, desorden y pérdida de dirección. Pero Dios, en su infinita misericordia, nos sacó de esa oscuridad y nos trajo a su luz admirable (maravillosa): una luz que transforma, restaura y da vida.

Admirable significa: bueno, excelente, maravilloso, portentoso, asombroso, extraordinario… (lo opuesto es despreciable o detestable).

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
1 Pedro 2:9

En este versículo, Dios hace un llamado a su pueblo a salir (acción de parte nuestra) de la oscuridad del pecado y entrar en su luz maravillosa. Una vez hacemos esto, entonces podemos testificar (anunciar) las obras maravillosas que Dios ha hecho en nuestras vidas y ejecutar las bondades de Dios en otros.

En Génesis 1:1-5 dice:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2  Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3  Y dijo Dios: Haya luz, y hubo luz.
4  Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas.
5  Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana el día primero.

Desde el principio se puede ver que la oscuridad está relacionada con el desorden y el vacío. Dios es un Dios de orden y propósito. Hizo llegar la luz para organizar lo que hoy conocemos como el día y la noche. Obviamente, con eso vinieron otros asuntos, como el concepto del tiempo.

Lo importante es que Dios es capaz de sacar la oscuridad de la tierra y también de nuestras vidas, porque Él es la luz.

En forma profética (o sea, antes que ocurriera), Isaías lo dijo:
«El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.» (Isaías 9:2)

Isaías 60:1-3:

«Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones;
mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.»
Isaías 60:1-3

Luego, cuando vino Jesús, lo dijo explícitamente: Él era la luz del mundo.

Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo:
—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12

Jesús precisamente vino para sacar las tinieblas de nuestras vidas y darnos vida en abundancia.

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.»
Juan 1:1-5

¿Te sientes en tinieblas? ¿Te sientes en un túnel oscuro donde no puedes ver la luz?
Te tengo una buena noticia: Jesús vino para sacarnos de esas tinieblas y darnos vida, y vida en abundancia.

«El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas;
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.»
Juan 10:10

Dios no solo quiere que sobrevivamos la vida. Él quiere que la vivamos en plenitud (al máximo, con todo tu mayor potencial, con todo el propósito divino que Él tiene destinado para ti).

Oración: Dios, que tu luz admirable alumbre mi vida para poder vivir la plenitud que tú has diseñado para mi. Amén.