fbpx

Mi Alma Tiene Sed de Dios

Mi Alma Tiene Sed de Dios
Picture of Sandra Quiñones Barriera

Sandra Quiñones Barriera

«Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?»
Salmos 42:1-2
Usualmente estudiamos la vida del Rey David y nos enfocamos en el David valiente que enfrentó a Goliat, cuando nadie quiso hacerlo.  También lo vemos como el ganador de grandes batallas que sobrepasó la trayectoria de Saúl y como el que la palabra expresa que tenía un corazón conforme a Jehová. Pero, contrario a todo esto, los Salmos nos presentan, en varias ocasiones, a un David cansado y necesitado de la renovación de la presencia de Dios en su vida. 
¿Te has sentido de esa manera? ¿Has visto cómo que, tus fuerzas menguan? ¿Te ha pasado que ya dejaste de soñar? Incluso, ¿te has sentido lejos, muy lejos de la presencia de Dios? No te sientas mal, David ese gran hombre de Dios, también lo experimentó.
Cosas que debes saber de lo que David estaba diciendo en este Salmo:
Bramar es un adjetivo que significa mugir, aullar o gritar.   Cuando el ciervo brama está demostrando una desesperación interna que constituye un deseo ferviente o imposible de aguantar.  Que bendición y privilegio buscar a Dios de esta manera, con desesperación.
Hace unos años se presentaba en los medios de comunicación un anuncio donde se presentaba a un vaquero cruzando el desierto a caballo.   Lo presentaban con signos de deshidratación y para acentuar la escena, hacían énfasis en sus labios cuarteados. Justo en ese momento el vaquero abría un bolso de papitas saladas.  Todo era  para anunciar un refresco y dar el mensaje que con él quitabas la sed más severa.   Eso era algo ficticio o simbólico, pero en el caso de David no hay un producto que presentar, solo sus circunstancias, su realidad, tenía sed de la presencia de Dios.
Otra de las razones por lo cual el ciervo brama es por que en época de apareamiento, este animal tiende a sudar mucho.   Ese sudor emite un hedor que lo delata y lo lleva a convertirse en presa fácil de los leones y demás depredadores del bosque.  El segundo motivo de su bramido, es la necesidad de lavarse y deshacerse del sudor.  Imaginense al ciervo cuando ve las corrientes de las aguas, el sonido que emite el agua correr, con su condición de sed y suciedad; solo le resta bramar con desesperación. De igual forma, David, quien debió haber visto en muchas ocasiones al ciervo, su conducta y forma de bramar se identifica.   Compara la necesidad del hombre, incluyendose él, de la presencia del espíritu santo en nuestras vidas.  Tenemos sed de la llenura de Dios cuando hemos pecado y anhelamos ser limpios aun en medio de nuestra suciedad.  Tenemos sed de la llanura de Dios cuando somos presa fácil para el depredador de las almas.   Reconocemos y anhelamos las aguas de la presencia de Dios y con desesperación buscamos su presencia.
Hay un dato interesante y es que David reconoció que Él tenía sed. Cuando nos sentimos deshidratados espiritualmente, es importante reconocer la falta de la presencia de Dios.  Lo vemos cuando nos pesa congregarnos, no leemos la biblia, hay dificultad para orar, dejadez y molestia.   Es muy importante saber que el alejamiento y la falta de relación con Dios nos llevará al pecado.  En los momentos de aflicción y soledad que vivió David pudo reconocer que tenía sed y se preguntó: ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
Hoy es un buen día para reconocer que te has alejado, que estás deshidratado espiritualmente y bramar como el ciervo por el agua que quita la mayor sed; la de tu alma.
Juan 4:13-14 (NTV) 13 
Jesús contestó:
—Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, 14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

Reflexión Recomendada: La Intimidación No Impedirá que Completemos el Trabajo que Dios Nos Encomendó

Compártelo