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Nos Haremos Fuertes como Cedros en el Líbano


Sandra Quiñones Barriera
Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano
– Salmos 92:12 (NTV)
Recientemente fui a un establecimiento comercial donde los miércoles se reúne un grupo pequeño de personas a adorar a Dios temprano en la mañana. Me estaciono al lado del local, frente a una residencia privada e inmediatamente me percato del gran predio de terreno que tiene la propiedad, pero lo que me impresionó fue que, en medio de ese terreno solitario, donde no había más plantas ni árboles, se encontraba un arbusto lleno de flores rojas. ¡Hermoso!
Una vez escribí una frase que dice: “Nosotros con nuestras excusas opacamos las oportunidades”
Las excusas, las quejas y el no sentirnos merecedores de la Gracia de Dios, lo único que ha logrado es atrasarte y opacar las oportunidades que diariamente Dios nos presenta.
Lamentaciones 3:21-23 Nueva Traducción Viviente (NTV) dice:
21 No obstante, aún me atrevo a tener esperanza
cuando recuerdo lo siguiente:
22 ¡El fiel amor del SEÑOR nunca se acaba!
Sus misericordias jamás terminan.
23 Grande es su fidelidad;
sus misericordias son nuevas cada mañana.
Me agrada demasiado la versión de la Biblia, Nueva Traducción Viviente, es tan clara su palabra y tan oportuna para el día de hoy. Su palabra nos ayuda a levantarnos, sostenernos, recobrar la esperanza de un porvenir lleno de las misericordias de nuestro Padre. También nos da regalos, sí, regalos que el Padre en su amor nos brinda cada mañana.
Recuerdo a mi Papá, Angel Quiñones, cantar con frecuencia un corito que decía, “Brilla en el sitio donde estés, puedes con tu luz algún perdido rescatar, brilla en el sitio donde estés”.
Y es que no necesitamos demasiado para brillar, solo la presencia y la misericordia de Dios. Erróneo está el que piensa que una gran mansión, un lujoso carro, ropa de diseñador o el tener cierta persona a nuestro lado nos hará diferente; NO. Es solo a través de la Gracia de Dios y su gran misericordia que tendremos fuerzas como el cedro.
La palabra es clara. ¿Crees que el cedro es un árbol débil, pequeño, que cualquier viento lo derriba? Pues no, el cedro es un árbol de mucha fuerza, establecido y cimentado. Tal vez el viento le removerá las hojas, pero el sigue de pie porque sabe que llegará otra estación donde sus hojas retoñaran.
El arbusto solitario que no buscó excusas y en medio de la soledad floreció y el cedro que se hizo fuerte estando en el Líbano, son ejemplos de la naturaleza que te dicen a ti, creación de Dios, que cuentas con la gracia y la misericordia de Dios para vencer cualquier adversidad.
Brilla en el sitio donde estés. Esta es tu temporada de hacer la diferencia en medio de un patio solitario o como un gran cedro en el Líbano.
Quiero que sepas que al salir del lugar retrate esa estampa de un arbusto solitario que no busco excusas y en medio de un gran patio decidió florecer.
Busca las enseñanzas de la naturaleza y aplícalas a tu vida, esa mañana Dios me habló y me dijo: “no se trata de ti, es mi misericordia y mi gracia la que determina la cosecha y el florecer y este es el tiempo…”
Nos haremos fuertes como cedros en el Líbano.
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