Orando y Cantando Durante Tiempos Difíciles

«Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, Lo exaltaré con alabanza.»

– Salmos 69:30

Pablo y Sila, haciendo la obra del Señor de evangelizar, yendo por diferentes ciudades y lugares fueron falsamente acusados y encarcelados alegando que alborotaban la ciudad y que enseñaban costumbres que no eran lícitas de hacer. (Hechos 16:11-31).

Ellos fueron maltratados con muchos azotes, echados en la cárcel y metidos en el calabozo de más adentro, bajo terribles circunstancias y condiciones. 

Hechos 16:23 

Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.

Ellos eran hombres de FE con raíces profundas en el amor de Dios.  En tiempos difíciles ellos guardaron su testimonio, el cual llamó la atención de los otros presos que los escuchaban orando y alabando a su Dios en medio de su situación precaria.

Hechos 16:25

Pero a medianoche, orando Pablo y Sila, cantaban himnos a Dios; 

y los presos los oían.

¡WOW! QUE FE Y QUÉ TESTIMONIO. 

TODOS LOS OÍAN. 

A pesar de todo el sufrimiento y maltrato que ellos recibieron, en sus corazones solo había alabanzas de adoración y gratitud para con Dios. No se quejaron por su presente estado, sino que se acercaron y se humillaron en oración poniendo toda su confianza en el Dios Todopoderoso.  Él cual en su infinita bondad y misericordia los escuchó, atendió sus ruegos, librándolos de la cárcel.  El terremoto instantáneamente abrió las puertas de la cárcel y las cadenas de todos los presos se soltaron, pero ninguno se escapó.  

Al ver al carcelero que todos los presos estaban allí y que ninguno había huido, les preguntó ¿Qué debo hacer para hacer salvo? 

Hechos 16: 31

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. 

Esa noche fue milagrosa, el carcelero y su familia conocieron a Jesús. ¡Gloria a Dios!  Llegó la salvación a una familia por medio del testimonio de Pablo y Sila y en obediencia se bautizaron. 

Para Reflexionar: 

El testimonio de Pablo y Sila, me hacen meditar y preguntarme

 ¿Cuán grande es mi FE en medio de las situaciones difíciles que se me pueden presentar en mi vida diaria?

¿Estaré dispuesta a sufrir por hacer la voluntad de Dios? 

¿Es tu testimonio lo suficientemente genuino y sincero para atraer a otros a los pies de Jesús?  

Aunque el enemigo se levante en tu contra, haciéndote la vida imposible, trayendo duda o confusión a tu mente, no te desanimes.  Llégate a Dios con humildad en oración teniendo la certeza de que Él te escucha y te dará la salida o la victoria a ese problema o situación que te está afectando. Alábalo con un corazón sincero y en adoración porque Él se goza de la alabanza.  Guarda tu testimonio porque no sabes quién puede estar oyéndote o viéndote. 

Puede que alguien se acerque a ti preguntando:

¿Qué debo hacer para hacer salvo?

Dios los bendiga. 

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