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Ovejas de su Prado

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Alejandra N. Valentín Romero

“Sepan que él es Yahweh nuestro Dios. Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.”
– Salmo 100:3
En Lucas 15:3-7 y Mateo 18:12-14, vemos la parábola de la oveja perdida. Esta hermosa parábola enseñada por Jesús, nos muestra como Dios siempre va en busca de ese hijo que por alguna razón se salió del camino correcto. El Señor no nos va a abandonar jamás, sino que su misericordia se renueva todos los días, buscando que regresemos al redil e invoquemos su nombre. 
Además de él ser nuestro pastor y ser el cuidador de nuestras vidas; él es nuestro buen alfarero, el cual se ha contentado con sus obras de artes, las cuales son nuestras vidas. El Señor se plació al momento de nuestra creación como individuos y colectivos. Como mencionaba la semana pasada, en Génesis 1:27 nos dice que el Señor vio que todo era bueno en gran manera; y eso nos incluye a nosotros.
Si alguna vez te sintieras inoperante, incapaz de algo, o tal vez no te sientes bien contigo mismo, recuerda siempre que somos hechos por Dios con un propósito. El nos ama y nos lleva de la mano para guardar de nosotros. Somos las ovejas de su prado y nunca nos dejará ni nos desampara. Y si en algún momento estamos saliendonos del camino o a punto de extraviarnos, él como Buen Pastor nos buscará y nos enseñara el camino correcto. 
Romanos 8: 37-39
  • “Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.

Romanos 8:31

  • ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
 
 

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