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Promesa De Dios

Promesa De Dios
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

«Los que confían en mí nunca serán avergonzados…»
– Isaías 49:23
El pueblo de Israel, era un pueblo oprimido, esclavizado y desterrado.  Isaías profetizó el regreso del pueblo de Israel a su tierra.  Esta palabra hermosa y poderosa es referente a la promesa de restauración de la Nación de Israel.  Hoy como pueblo Santo y Escogido, tu y yo, la Iglesia redimida por la sangre de Cristo también podemos apoderarnos de esta hermosa promesa.   Declaremos la restauración de nuestras vidas y nuestros hogares.  Cualquiera sea tu necesidad cree y proclama que Dios hará la obra que necesitas en ti y los tuyos.
Proclama a viva voz:  Isaías 49:17-26
17 
Dentro de poco tus descendientes regresarán,
    y los que procuran destruirte se irán.
18 
Mira a tu alrededor y observa,
    porque todos tus hijos volverán a ti.
Tan cierto como que yo vivo—dice el Señor—,
    ellos serán como joyas o adornos de novia para que tú los exhibas.
19 
»Hasta los lugares más desolados de tu tierra abandonada
    pronto estarán repletos de tu gente.
Tus enemigos que te esclavizaron
    estarán muy lejos.
20 
Las generaciones nacidas en el destierro regresarán y dirán:
    “¡Necesitamos más espacio! ¡Este lugar está lleno de gente!”.
21 
Entonces te preguntarás:
    “¿Quién me ha dado todos estos descendientes?
Pues la mayoría de mis hijos fueron muertos,
    y los demás, llevados al destierro.
Aquí me quedé solo.
    ¿De dónde viene toda esta gente?
¿Quién dio a luz a estos niños?
    ¿Quién los crió por mí?”».
22 
Esto dice el Señor Soberano:
    «Mira, les daré una señal a las naciones que no temen a Dios.
Te traerán a tus hijos pequeños en sus brazos;
    traerán a tus hijas sobre los hombros.
23 
Reyes y reinas te servirán
    y atenderán a todas tus necesidades.
Se inclinarán hasta el suelo ante ti
    y lamerán el polvo de tus pies.
Entonces sabrás que yo soy el Señor.
    Los que confían en mí nunca serán avergonzados».
24 
¿Quién puede arrebatar el botín de las manos de un guerrero?
    ¿Quién puede exigirle a un tirano que deje en libertad a sus cautivos?
25 
Pero el Señor dice:
«Los cautivos de los guerreros serán puestos en libertad,
    y se recuperará el botín de los tiranos.
Pues yo pelearé contra quienes peleen contigo,
    y salvaré a tus hijos.
26 
Alimentaré a tus enemigos con su propia carne
    y se embriagarán con ríos de su propia sangre.
Todo el mundo sabrá que yo, el Señor,
    soy tu Salvador y tu Redentor,
    el Poderoso de Israel».
Atesora esta promesa en tu corazón.  Proclama esta palabra cada día que sientas que estás siendo oprimido, abusado, esclavizado, desterrado o abandonado.  Recuerda que Dios mismo peleará por ti, cuidará de ti y de los tuyos.  
Bendiciones. 

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