Nilsa Santiago
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Juan 10:27-28
Vivimos en un mundo saturado de mucho caos y lleno de pánico. La mayoría de la gente vive su vida escuchando la voz del príncipe de este mundo (Satanás). Él les habla con palabras bonitas y les ofrece riquezas y placeres. Muchos prefieren ser engañados y escuchar su voz, antes que apartarse de sus malos caminos.
En estos pasados días, escuché algo que me impresionó mucho. Había un grupo llevando la palabra de Dios casa por casa. Yo vivo en una esquina y al otro extremo de la siguiente calle, escucho a un vecino gritando a toda voz de adentro de su casa que ellos eran ateos y que se fueran.
Esas personas sacaron de su tiempo y con gozo decidieron llevar las nuevas buenas de salvación a las personas perdidas. La actitud de mi vecino trajo tristeza a mi corazón porque Jesús te llama a escucharlo por encima del caos del mundo. Jesús te ofrece libertad, pero el mundo le da la espalda.
Jesús desea que escuches su voz porque él no habla por su propia cuenta, sino que obedece a su Padre.
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Juan 12:49
La Biblia nos compara con la oveja, un animal manso que necesita ser guiado por un pastor. Las ovejas son animales tímidos y con un temperamento apacible. Las ovejas son animales sociables e inteligentes, capaces de reconocer los rostros de sus pastores. Jesús te llama por tu nombre y te conoce. Él es el buen Pastor y tu su oveja.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen
Juan 10:14
Jesús sabe que hay otras ovejas que no son de su redil a las cuales también debe traer. El hace todo lo posible por encontrar y rescatar a esas otras ovejas. Él desea que ellas escuchen su voz por encima del caos del mundo.
Cuando sus ovejas escuchan la dulce voz de Jesús, esta le trae paz, seguridad y protección a sus vidas. Nadie las podrá arrebatar de su mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Juan 10:29
Jesús dio su vida por sus ovejas. Él no quiere que se pierdan por escuchar la voz del enemigo que se goza en hacer daño y destruir. No inclines tu oído a escuchar su voz (la voz del enemigo de las almas).
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
Hebreos 1:1-2
“Lo que escuchamos es de suma importancia, escucha la voz de Jesús, porque Él nos habla porque nos ama.”
Bendiciones.