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¿Roca sólida o Arena? Tú Decides
Yadira Campis & Jaime Medina
«24 Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. 25 Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. 26 Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. 27 Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo.»
– Mateo 7:24-27
Recientemente tuve una reunión con la madre de uno de mis estudiantes. Ella me preguntaba que de qué manera se le podrían brindar más servicios a su hijo para ayudarlo en las áreas de lectura y matemáticas. Le expliqué que ya su hijo está recibiendo el máximo de los servicios disponibles y que debíamos entonces buscar otras alternativas para continuar ayudándolo. Para poder recomendarle, comencé indagando sobre la ayuda educativa que el niño estaba recibiendo de parte de sus padres en el hogar y lamentablemente descubrí que la ayuda es ninguna. Penosamente, por cada recomendación que ofrecí, lo que recibí de vuelta fue una justificación del porqué no podría ser posible la recomendación. Por alguna razón, mientras escuchaba el sin número de razones por las cuales el niño no recibe ninguna clase de ayuda educativa en el hogar me llegó a la mente la parábola de la casa sobre la roca. Por supuesto que, en esta parábola, Jesús se refería a que “esa roca es el Evangelio de Jesucristo”. Sin embargo, como profesional y en mi espíritu, veo como esta señora esta construyendo su casa (la educación de su hijo) sobre la arena. Ella no escucha las enseñanzas, no las desea poner en práctica, no es receptiva y no presenta ningún interés en integrarse a un equipo que trabaje por la educación de su hijo.
Como educadores y especialistas en educación especial, en ocasiones nos enfrentamos a las exigencias y demandas de los padres de nuestros estudiantes. Con frecuencia nos exigen que hagamos lo imposible para que ayudemos en la educación de sus hijos, pero lamentablemente, su reclamo, demanda o exigencia no es sinónimo de trabajo en equipo. De la misma manera nos ocurre con el Señor. En las escrituras podemos encontrar como Dios nos orienta, nos aconseja y nos deja saber qué es lo mejor para nosotros. Pero a menudo ignoramos sus consejos, no escuchamos sus enseñanzas ni las obedecemos y actuamos como necios (Mateo 7:26).
Personalmente me fascinan las parábolas de Jesús. Son de gran educación tanto moral como religiosas. En este caso veo la semejanza del ejemplo vivido con Mateo 7:24 “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio”. Como padres muchas veces tenemos la sabiduría, recibimos recomendaciones y consejos de profesionales, Dios nos brindan herramientas, pero lamentablemente no hacemos buen uso de estas, en nuestras manos queda si queremos ser sabios o necios.
Jesús utiliza esta parábola para aconsejarnos sobre qué debemos hacer para que nuestra vida vaya bien (construir la casa sobre una roca sólida) y no acabe en un desastre y en el hundimiento (construirla sobre la arena) de nuestra persona. Construir una casa sobre la roca no es ni barato, ni fácil, pero a la larga vale la pena. Construir una casa sobre la arena puede ser más sencillo y cómodo, pero no es seguro.
Una vez leí “El día que se juzguen nuestras almas no vamos a tener justificación por no haber obedecido, ya que teníamos la Palabra en nuestras manos”. Como cristianos, debemos oír y poner en práctica la palabra de Dios. Como padres, debemos ser sabios y estar atentos a lo que Dios nos pone en nuestro camino, pues no sabemos si esa es la herramienta que debemos utilizar para construir nuestra casa sobre una roca sólida.
¿Y tú estás edificando tu casa sobre la roca sólida o sobre la arena? Bendiciones
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Esta reflexion nos anima a ser mejores receptores de la palaba de Dios , pero ello significa estar prmanentemente en conntacto con las escrituras leyendo sistematicamente y aprendiendo ello nos permite oir la voz de Dios ya sea a travez de terceros …como en este caso los maestros……
Dios les bendiga hermanos Medina