Rompiendo con lo que nos estanca: Rompiendo con el Desánimo

¨Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal¨

– 2ª Tesalonicenses 3:3

El desánimo puede ser el arma más poderosa que puede tener nuestro enemigo para sacarnos del camino. El desánimo es quitarte las fuerzas, el ánimo y con ello el deseo de hacer las cosas que habías planificado. Todos en algún momento de nuestros procesos de emprendimiento (comenzar algo nuevo) hemos tenido ese sentimiento, pero lo importante es levantarse y seguir adelante, creyendo al Dios que nos llamó con un propósito.  

 ¡Descansa! ¡Coge nuevas fuerzas! y sigue tu camino.  

En la Biblia hay muchos ejemplos de grandes líderes de Dios, que en medio de su encomienda sintieron desánimo, frustración y con ello sintieron que les faltaba las fuerzas para seguir adelante.  Pero, de igual forma, podemos ver a través de sus testimonios que pudieron sentir la fortaleza y la dirección nueva de Dios para culminar sus encomiendas y culminar sus caminos de forma victoriosa.  

En el proceso de emprender, pueden llegar momentos difíciles. Momentos donde sientes que todo te está saliendo mal e incluso que los que se supone que te ayuden no lo están haciendo. Es en esos momentos que debes recordar lo que Dios dice en su palabra. Porque Dios dice y cumple. Porque Dios es fiel y no cambia.

Hoy te invito a que rompas con el desánimo en tu proceso de emprendimiento. Hoy te animo a que cobres nuevas fuerzas para que el propósito que Dios ha destinado para ti sea cumplido.  

Quizás necesites nuevas estrategias. Ora al Dios creador del universo quien te dará la sabiduría necesaria para obtener la victoria.

Declara que la bendición de Dios está sobre todo lo que emprendas en tu vida:

• ¨El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo…¨ (Filipenses 1: 6) 

• ¨Fiel es el que os llama, el cuál también lo hará…¨ (1ª Tesalonicenses 5: 24)

• ¨Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal¨ (2ª Tesalonicenses 3: 3) 

• “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría.”  (Judas 1: 24) 

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