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Sacúdete el Polvo

No te quejes tanto
Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

Dra. Moraima De Hoyos-Ruperto

Levántate, (Nombre tuyo)
sacúdete el polvo,
siéntate en el trono.
(Nombre tuyo), joven prisionera (o),
quítate ya el yugo del cuello.
Hubo un momento en mi vida, hace muchos años, en que literalmente sentí que mi mundo se hizo añicos.   Yo sentía que me había convertido en pedazos o prácticamente polvo.  En una ocasión en medio de esa situación, vi en mi espíritu, que yo era un edificio que implosionó.  Vi la gran nube de polvo y pedazos caer.  Fueron momentos difíciles, pero también fueron momentos en los cuales vi la mano poderosa de Dios en mi vida.   Puedo contar muchas cosas de ese tiempo, pero lo más sobresaliente de todo, fue que a pesar de mis errores, mis fallas, mis angustias; Dios nunca me abandonó.  Fue un tiempo donde tuve que reconocer mis faltas delante de Dios, pedirle perdón y Él en su misericordia me restauró.  
La palabra es clara referente a que todos podemos fallar.  Y te voy a dar una noticia, todos fallamos.  Lo que es relevante para nuestro Dios es el corazón que tenemos al percatarnos de nuestras fallas.  Si tenemos un corazón que se humilla delante de Él y reconocemos nuestras fallas como dice Salmos 51:17
Al corazón contrito y humillado no desprecia tu, oh Dios”
O, tenemos un corazón altivo el cual Dios desprecia:
“Ojos altivos y corazón arrogante, lámpara de los impíos ; eso es pecado.”
Si ya reconociste tu error o pecado y te humillaste delante de la presencia de nuestro Dios, ahora te toca levantarte y sacudirte el polvo, como dice Isaías 52:1-2
52 Despierta, Sión, despierta,
ármate de fuerza;
Jerusalén, ciudad santa,
vístete tu ropa más elegante,
porque los paganos, gente impura,
no volverán a entrar en ti.
2 Levántate, Jerusalén,
sacúdete el polvo,
siéntate en el trono.
Sión, joven prisionera,
quítate ya el yugo del cuello.
Dios no quiere que sigas tirada en el suelo, destruida y llena de polvo.   
Dios quiere que:
  1. Despiertes.  Despierte de esa mente de destrucción y de que se acabaron las oportunidades para ti.  
  2. Cobres de fuerza.  Que cobres ánimo, fuerzas, deseos para continuar luchando en la vida.  
  3. Vistas de ropa elegante.  Que te quites el luto físico o emocional, te arregles, te quites las ropas de tristeza y desolación.  Que te animes.
  4. Sacudas el polvo. Lo que pasó ya pasó.  Que eso no siga encima de ti.  No tienes que seguir cargando las cosas del pasado.  SACÚDETE el polvo de las situaciones pasadas.  Ya Dios te limpió. 
  5. Sientes en el trono.  Ocupa el lugar que te toca.  El lugar de hija o hijo de Dios.
  6. Quites el yugo de esclava del cuello.  Ya no eres prisionera ni prisionero. Ya no eres esclavo del pasado, ni de nadie. Eres libre por la sangre de Cristo. 
Así que hoy te invito a que hagas la transformación en tu vida.  De aquí en adelante, camina con la frente en alto, haciendo lo que te ordena hacer esta palabra, porque ya Cristo te libertó.
Bendiciones

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