fbpx

¡Socorro…Auxílio!

sentimiento de angustia
Maribel Malavé Morales

Maribel Malavé Morales

«Él prometió estar con nosotros hasta el fin de nuestros días…no estamos solos.»

– Mateo 28:19b

¿Habrás experimentado ese grito de auxilio alguna vez en tu vida ? pues yo sí.  Lo triste de esto es que cuando estás en ese éxtasis de dolor, no ves salida, te turbas a tal grado que comienzas hasta preguntarle a Dios el  porqué aún sigues con vida.  Porque desearías en ese momento no estar en este mundo.

Muchas personas al igual que yo, en ciertas ocasiones se han sentido  solos, abandonados por Dios y es tanta la desesperación que viene un grito de angustia y dolor:

«¡Socórreme que perezco!»

Tu mente puede hundirse en una laguna de preguntas como: 

¿Por qué Dios no me escucha? 

Si le sirvo, ¿por qué me siento sola?

¿Será que se ha olvidado de mi? 

Puedes tener muchísimas interrogantes, que solo tu las conoces y que constantemente bombardean tu mente, pero te tengo buenas noticias:

Él prometió estar con nosotros hasta el fin de nuestros días…no estamos solos.

Mateo 28:19b

Dios no se ha olvidado, ni se olvidará de ti, porque tú eres su máxima creación.

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

Isaías 49:15

El mejor ejemplo de que estos momentos de angustia, dolor y sentimiento de abandono nos puede venir a todos, lo vemos en el mismo Jesús.  La Biblia registra que en su momento de dolor se sintió abandonado por su Padre en la cruz: 

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Mateo 27:46 

Si Jesús siendo Dios, en la figura de Jesús, sintió ese abandono por su Padre, cuanto más nos puede pasar a nosotros. 

Todo sentimiento de angustia, abandono y dolor nos ayudará a reconocer que hay alguien superior a nosotros que podrá hacer lo que nosotros no podemos hacer y aliviar el dolor más profundo que podamos tener.

Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá.

Salmos 27:10

Si estás experimentando abandono, mientras lees esta corta reflexión, esta palabra te levantará el ánimo.

Por cuanto tú estabas abandonada y aborrecida, sin que nadie pasara por ti, haré de ti gloria eterna, gozo de generación en generación.

Isaías 60:15

Concluyo: 

No importa cuán solo te sientas, el Señor nunca…nunca… te abandonará.  El sentimiento de dolor y abandono lo experimentaron hombres de Dios como tú y yo, pero permanecieron creyendo y luego pudieron experimentar la presencia de Dios.

En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.  2 Timoteo 4:16-17

Dios usará el momento de dolor y soledad en tu vida para que puedas experimentar su presencia y su cuidado.

Bendiciones

Reflexión Recomendada: Nada Mejor que la Humildad

Compártelo