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En El Desierto
Nilsa Santiago Castro
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y allí hablaré a su corazón”
– Oseas 2:14.
El desierto, ese lugar de desolación donde la seguridad, la estabilidad y la esperanza desaparecen, se hace evidente que necesitamos depender de Dios.
El desierto puede representar alguna etapa de nuestras vidas donde hay aflicciones, escasez, quebrantamiento, crisis familiar o personal como la perdida de tu empleo, enfermedad o muerte, etc.
El pueblo de Israel anduvo errante por el desierto por 40 años antes de entrar a la tierra prometida debido a su desobediencia, falta de FE y murmuraciones. Se pasaba pensando y anhelando las cosas que habían dejado atrás en Egipto.
“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Pero a pesar de su rebeldía, Dios nunca los abandono ni los dejo solos. Sino que una columna de nube durante el día los protegía del sol y los guiaba por el camino, y durante la noche una columna de fuego les alumbraba el camino. Sus ropa y sus calzados nunca se desgastaron y Dios los alimento con mana, comida que no conocían.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Deuteronomio 8:2-3
Dios deseaba enseñarle a su pueblo, y a nosotros hoy, que más allá del alimento y de su protección divina, el hombre necesita una relación intima con Él por medio de su palabra.
El desierto es una buena oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con Dios. El desierto puede ser un proceso largo y doloroso. El desierto es un lugar de transformación usado por Dios para nuestro bien. Es un lugar de aprendizaje ya que nadie quiere sufrir. Al salir del desierto, tú puedes ser una mejor o peor persona. El resultado puede ser: convertirte en alguien con mas madures espiritual y más sensible a voz de Dios o en alguien más amargado, pesimista o rebelde.
¡Nunca serás la misma persona después de salir del desierto!
Los caminos de Dios son perfectos y buenos, el sabe lo que hace. Aunque nuestro orgullo o ego, no comprenda porque tenemos que pasar por el desierto, confiemos en la Soberanía y la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Romanos 8:28 nos dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Reflexión:
Todo nos saldrá bien de acuerdo al propósito que Dios tenga con nosotros, y el camino que tiene planeado para cada uno de sus hijos. Si en nuestras vidas fueran placenteras siempre y sin pruebas, nuestra fe se estancaría y no creceríamos espiritualmente. Confía en el proceso de Dios.
Reflexion Recomendada: Eben-ezer
Sobre la autora: Nilsa Santiago Castro
Nací en Mayagüez, Puerto Rico. Soy miembro de la Iglesia Evangélica Neo-Testamentaria de la Urb. Quinto Centenario del Pueblo de Mayagüez. Actualmente soy Diaconisa y Secretaria de nuestra congregación. Amo a Dios sobre toda las cosas porque reconozco que sin Él nada soy y nada tengo. Versículos Guía: Salmo 103: 1-2 1Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
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