Tesoros en Vasos de Barro

En el principio Dios dijo “sea hecho”… dio un mandato y así comenzó la creación; así comenzó todo.

Con una pregunta, se sembró la duda, ¿Con que Dios os ha dicho…? Con un cuestionamiento comenzó la caída.  Nos tragamos la mentira. En realidad nos atragantamos con ella, nos ahogamos y nos quedamos sin aliento. Nos morimos lentamente.  Desde ese momento donde nos tragamos las mentiras elegimos y preferimos nuestro criterio.  Cuestionamos y dudamos de la credibilidad de nuestro Creador. Entronamos al yo, nuestro individualismo, nuestra opinión, nuestros pensamientos. Ahí comenzamos nuestro regreso al lugar de donde salimos. Polvo somos y al polvo volveremos.  Sin el Señor Jesús, eso somos, polvo. Vivimos una vida limitada por nosotros: nuestras capacidades, nuestras fuerzas, nuestros contactos y recursos.  Sujetos a nuestras circunstancias. Tratamos de dar sentido y propósito a nuestra existencia.  

¡Qué triste y lamentable es este escenario!  

Por otro lado, hay una alternativa. Tenemos posibilidades, hay salida.  El Señor Jesús no nos ha dejado solos, ni estamos errantes a nuestra suerte.  

¡Volvamos al comienzo!  

Con Jesucristo se puede.  Muchos lo hemos hecho. Te invito a que lo intentes.  Restaura tu relación con Dios, Creador y Salvador, Jesucristo es el único camino.  Vuelve atrás,  comienza de nuevo, ve a Cristo.  Con Él siempre hay oportunidad para volver a comenzar. 

Filipenses 3:13 te dice: «Lleva y deja toda tu ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ti.»

En Él podemos sanar y olvidar.  Él sana nuestras memorias. En Él todo queda atrás. Puedes extenderte hacia adelante y volver a comenzar.  Puedes descubrir tu propósito y encontrar dirección.  Puedes caminar seguro hacia la meta, al premio del supremo llamamiento.  

Nos dice en Isaías 43:18 «No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.»

Deut 4:29-31 (DHH) 29 «Pero si allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán. 30 Cuando finalmente pasen ustedes por todos estos sufrimientos y angustias, si se vuelven al Señor y le obedecen, 31 él, que es bondadoso, no los abandonará ni los destruirá, ni se olvidará de la alianza que hizo con los antepasados de ustedes y que juró cumplir.»

Lo puedes lograr. ¿Sabes por qué?  Cuando estamos en el Señor llevamos un tesoro en vasos de barro. 2 Corintios 4:7 dice: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.»

Cuando el Señor Jesucristo es nuestro punto de referencia, centro, norte, Señor y Salvador tenemos preciosas promesas. Sus palabras y enseñanzas, nos alumbran el camino y nos dan vida y vida en abundancia.  ¡Amen!