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¡Espera tu tiempo de honra!

tiempo de honra
Maribel Malavé Morales

Maribel Malavé Morales

Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.

– 1 Samuel 2:30b 

Honra se define como respetar a alguien, enaltecer o premiar su mérito.

“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
Apocalipsis 4:11

Cuando venimos al Señor y adquirimos su conocimiento entendemos que Él es el único que merece honra.  Pero, no debemos pasar por alto que su palabra dice en 

1 Samuel 2:30b; Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.

O sea que, ¡Él sí, nos honra!  Por lo tanto, no te preocupes si recibes honra o no por el trabajo que realices en su casa o fuera, solo ten presente que es mejor recibir honra de Él que de los hombres. 

En nuestro mundo secular del trabajo, nos gusta que nos alaguen, den incentivos y obviamente aumento de sueldo, en reconocimiento a nuestro gran esfuerzo.  Muchas veces queremos dar más para obtener más beneficios.  Como se dice popularmente: «correr la milla extra», para sentirnos grandes, merecedores de recompensa y poderosos.

En el Reino de Dios no sucede así.  No es por lo mucho que hagas.

Mateo 23:12 dice: Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Es mejor que sea Dios quien te exalte

1 Pedro 5:6 dice: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.

Recuerdo que hace como 25 años, teníamos un evento evangelístico de tres días en la calle.  El primer día del evento, cuando llegó el predicador invitado se molestó porque en el cruzacalle que se promocionaba la actividad, su nombre estaba escrito en letras pequeñas.  Demás está contarles que ese primer día  la actividad fue un caos.  Mi hermano, pastor, tuvo que  continuar predicando los demás días.  Ese es el vivo ejemplo de un corazón altivo que busca el reconocimiento de los hombres y no de Dios. 

Salmos 34:3
Engrandeced al SEÑOR conmigo, y exaltemos a una su nombre.

Es mejor que sea Dios quien nos llame al frente y nos exalte, como dice Lucas 14:10  “Sino que cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: «Amigo, ven más adelante; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan a la mesa contigo.”

Así que a su tiempo, Dios mismo te honrará. Llegará la hora de tu honra si te mantienes humilde ante Dios. 

Recuerda Juan 12:26

“Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará.”

¡Bendiciones!

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