Todo me es permitido, pero, no todo me conviene

Todos en algún momento hemos escuchado esta frase, todo me es lícito, pero no todo me conviene. La palabra lícito significa permitido, que está de acuerdo con la razón o con lo que se considera justo o razonable. Lo que significa es que es justo, permitido, según justicia y razón. En otras palabras, ante la justicia terrenal, ciertas acciones no son consideradas ilícitas o ilegales, pero no deben ser realizadas por nosotros.  Aun cuando según nuestra razón no es algo malo o  pensemos que no hay ningún pecado en ello. Muchos dirían que mientras tengamos la conciencia limpia o tranquila todo estará bien.

Hay cosas que en si no tienen nada de malo, pero las preguntas que nos debemos hacer son: 

¿Qué es lo que me mueve hacerlo?

¿Lo que quiero hacer es piedra de tropiezo para alguien?

Si leemos completo el pasaje de 1 Corintios: 10  podemos ver que a lo que se estaba refiriendo era a las prácticas que estaban causando confusión. Aunque muchas veces no se consideran pecaminosas o malas, son prácticas que afectan a otras personas. Otras eran normales entre el pueblo, pero pecaminosas ante Dios.   Ejemplo: la comida dedicada a los ídolos y los rituales a dioses paganos, entre ellos la fornicación.

Las cosas que nosotros hacemos no solo afectarán nuestras vidas, sino también a las personas que nos rodean. Como cristianos nuestro proceder debe ser diferente al de los demás.  Siempre considerando aquellos que son más débiles en la fe y aquellos a los que tengo a mi alrededor observando. 

La vida en Cristo nos lleva a vivir cimentados en su palabra, pero sabemos que como humanos seguimos siendo vulnerables ante la sociedad y circunstancias que vivimos.  Es por eso que la palabra nos insta a vivir vidas cimentadas en la roca que es Cristo.  Su palabra  es la verdad y nos manda a que vivamos una vida en el Espíritu para poder mantener nuestra carne sujeta. 

Nosotros somos ejemplo a otros, no solo con palabras sino con nuestras acciones. Nuestros hijos nos están mirando y ellos harán no solo lo que le decimos sino lo que le modelemos a ellos en nuestra forma de ser. 

Hoy es un buen día para pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a tomar buenas decisiones y nos muestre aquello que a nuestro entender está bien, pero no nos conviene.  Teniendo en cuenta que toda decisión no solo nos afectará a nosotros mismos sino a los que nos rodean. Le pido a Dios que nos dé sabiduría para que podamos hacer lo correcto en todo momento.

Recuerda que aunque todo te es permitido, no todo te conviene.