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Tus Errores No Tienen que Convertirte en un Fracasado
Yailimar Bartolomei Traviza
“El Señor dirige los pasos del hombre
y lo pone en el camino que a él le agrada;
aun cuando caiga, no quedará caído,
porque el Señor lo tiene de la mano.”
– Salmos 37:23-24
En la tierra no existe la perfección ni las cosas perfectas. El ser humano por naturaleza no es perfecto, por esa razón cometemos errores. Los errores podemos cometerlos con nuestra familia, amigos o también en nuestra toma de decisiones. Todos cometemos errores, pero lo importante es no quedarse en el error.
Hay que entender el error y su proceso. Es importante aceptar el proceso, trabajar sobre lo que hicimos mal, para entonces caminar hacia el éxito.
El error no se debe negar, se debe aceptar y aprender de él.
En la medida que la decisión que tomamos originalmente fue equivocada debemos pasar por un proceso de reflexión para buscar reivindicar el error y aprender de él. Como dice Filipenses 3:13-14 (DHH) debemos entender que no hemos alcanzado la perfección, pero seguimos esforzándonos cada día para lograr nuestra meta de agradar a Dios; por medio del sacrificio que hizo Cristo por nosotros el cual nos justifica todo pecado.
“Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús”
Filipenses 3:13-14 (DHH)
Lo bueno de los errores es que no hay un máximo de errores por persona y más que todo los errores nos hacen crecer como personas e individuos.
Si uno lee el poema “Amo el error por mágico” uno se preguntaría ¿Qué hay más mágico que poder aprender de los errores para luego alcanzar el éxito? Un vivo ejemplo es Tomas Édison que tuvo que intentar su experimento más de 1,000 veces y en cada uno de sus experimentos fallidos fue aprendiendo formas de cómo no funcionaba hasta que por fin lo logró.
Amigo, te aseguro que en tu caminar vas a fallar, pero si entregas tu vida en las manos del Señor y clamas a él cada día, Él dirigirá tu vida y te ayudará en el momento que cometas un error.
Tus errores no tienen que terminar con tu vida.
Tus errores no te desechan.
Tus errores no tienen que convertirte en un fracasado.
Cree lo que dice Salmos 37:23-24
“El Señor dirige los pasos del hombre
y lo pone en el camino que a él le agrada;
aun cuando caiga, no quedará caído,
porque el Señor lo tiene de la mano.”
Reflexión Recomendada: Dios te Creo con un Propósito
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