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Tu Misericordia, Oh Jehová, Es Para Siempre
Nilsa Santiago Castro
«Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.»
– Jeremías 31:3
El versículo de Jeremías 31:3 le da mucha seguridad a toda aquella persona que ha tenido la oportunidad de disfrutar y experimentar lo que Dios puede hacer en la vida de cualquier ser humano, que ha puesto su confianza en Él.
El versículo comienza diciendo: “Jehová se manifestó”; Dios expresa con firmeza que hace mucho tiempo, Él se fijó en ti. Él te escogió, te eligió con el propósito de amarte. Dios te ama y desea lo mejor para ti desde que creó el mundo. Tú estabas en sus planes.
“Te ha amado” con un amor eterno te dice Jehová; un amor que no tiene fin ni barreras, un amor que dura para siempre. El amor de Dios no se puede comparar con el amor terrenal. Los seres humanos aman según les convienen a ellos. Un día eres el amor de su vida, mientras otro día te puede despreciar. Ese amor que tanto te profesó se convierte en oído o enemistad. Pero Jehová, tu Dios, no es así.
Él no puede cambiar su naturaleza porque Dios es amor.
1 Juan 4:16
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Sigue diciendo el versículo, Por tanto, (por tal motivo), te elegí y te ame; y por esta razón te prolongué (te extendí o te alargue) mi misericordia (mi compasión, mi apoyo).
Dios te ha concedido su misericordia, ¡Aleluya!
Que maravilloso es saber que podemos contar con el amor de Dios. Saber que en sus planes estabas tú y yo. Puedes que te tarde en llegar a los pies de Jesús, en reconocer que tu vida sin Dios no tiene significado, pero eso no cambia el que Él te eligió desde antes de la fundación del mundo. Él tiene un propósito para contigo y se ve a cumplir porque él te ama con amor eterno. Por dicha razón te promete y te prolonga su misericordia.
Salmos 138:8
Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.
Bendiciones de lo alto para todos.
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