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Un Creyente a Medias

Un Creyente a Medias
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Nilsa Santiago Castro

 «Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!  Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.»
– Apoca. 3:15-16
Vivimos en un mundo donde la mayoría de las personas profesan conocer a Dios; mientras otros niegan su existencia.  También están los que han nacido en hogares cristianos. Esos van a la iglesia desde pequeños, pero eso no los hace ser creyentes.  Muchos no entienden o comprenden el significado de ser un creyente fiel. Simplemente no siguen el ejemplo de Cristo. 
Un creyente es aquella persona que tiene una fe basada y fundamentada en las enseñanzas de Jesús.  Creen que Jesús, es el Mesías, el hijo de Dios que vino al mundo a redimir a los pecadores; que murió en la cruz, resucito y te ofrece la vida eterna. 
El versículo clave de esta reflexión, Apocalipsis 3:15-16, fue escrito para los creyentes de la iglesia en Laodicea.  Los creyentes de dicha iglesia tenían un serio problema, se había apartado de Dios porque eran ricos y no tenían necesidad de ninguna cosa.  Dios los tuvo que reprender y aconsejar que se arrepintieran de sus malos caminos.  
Dios nos habla también a nosotros, sus hijos, en estos tiempos. El mundo nos ofrece muchas cosas que tal vez tu crea que son buenas, pero su resultado te puede alejar de Dios.  No permitas que el mundo te aleje de Dios y que Dios te diga “Oh, almas adulteras”.
Santiago 4:4
!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
No adulteres con el mundo.  Nada bueno sale de la amistad con el mundo. Se sabio y cuídate. No te constituyas en un enemigo de Dios. Si tomaste la decisión se seguir a Dios, amarlo y obedecerle no te conformes con ser un creyente a medias. Dale a Dios lo mejor de ti y podrás experimentar la buena voluntad de Dios para tu vida que es agradable y perfecta. 
Romanos 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Jesús nunca pretendió transformar ni mejorar el mundo.  Jesús lo que desea es que el verdadero creyente decida: vivir de él, con él y para él.  El día que tuviste un encuentro con Cristo como tu salvador, ese día todo cambió: tu vida encontró un nuevo sentido, la vida cambió de objetivo. 
Deuteronomio 11:1
Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
Ser un creyente fiel y no un a medias, significa hacer la voluntad de Dios en todo momento. Reconocer y tener la capacidad de arrepentirte cuando cometes algún error y pedir perdón.  Pedir dirección y sabiduría para distinguir entre lo bueno y lo malo para así poder agradar a Dios y serle fiel.  Nuestra vida toma sentido cuando Jesús es el centro de ella. 
Bendiciones. 

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