“Venid”: Un Invitación

La Biblia hace una invitación de parte de Jesús para todo ser humano.  La invitación de Jesús es pertinente en cualquier época o circunstancia e independientemente de la edad que tengas.  Esa invitación es para aquella persona que se acerca al Señor Jesús y cree en Él como su Salvador.  

El Señor no hace acepción de persona, él desea que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.  A sus invitados también les añade una dulce promesa:

Jesús te dice: “Venid a mí”, acércate, no tengas miedo, vamos a resolver el problema.  Haz pecado yo te perdono y serás limpio. 

Isaías 1:18

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Jesús te dice: “Venid a mí”,  presta atención,  escucha mi palabra y vivirás. Haré un pacto eterno contigo según lo tuvo con David. 

Isaías 55:3

Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.

Jesús te dice: “Venid a mí”, estás ansioso o tienes alguna necesidad, el Señor está dispuesto en todo momento para suplir la escasez material. 

Isaías 55: 1

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

Jesús te dice: “Venid a mí”, yo soy el verdadero descanso.  Puedes buscar paz o descanso de muchas formas y en muchos lugares, pero sólo Jesús es capaz de aliviar y dar descanso. Deja tu pesada carga del pecado y entrégasela a Jesús.

Mateo 11:28

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Jesús también te dice: “Venid a mí”,  porque Él te necesita para que otros también acepten su invitación a venir a él.  Es una responsabilidad grande la que tiene todo creyente de estar dispuesto a salir a buscar a las personas que necesitan su perdón, descanso y sobre todo de su misericordia. 

Mateo 4:19

Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Aceptar la invitación de Jesús es una cuestión de vida o muerte.  Si eres salvo (crees en Jesús como tu Salvador) es para vida eterna, si todavía no le has entregado tu vida a Jesús lamentablemente será para una muerte eterna. Pero todavía estás a tiempo porque Él no desea que nadie se pierda, pues no esperes mucho para “Venir a Jesús”. 

Para terminar, te exhorto si eres salvo, que vengas a Jesús con un corazón agradecido y postrémonos delante de Dios porque Él es digno de toda honra y gloria como nos dice los versículos 1 y 6 del Salmo 95. 

Salmo 95: 1 y 6

Venid, aclamemos alegremente a Jehová;

Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

6 Venid, adoremos y postrémonos;

Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.

Ỉ Dios les bendiga siempre !