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Veo Una Pequeña Nube, Viene Gran Lluvia

beautiful girl walking under rainfall in autumn park
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Sandra Quiñones Barriera

Está lloviendo… es hermoso notar como la naturaleza cambia mientras cae la lluvia. Es refrescante y el sonido del agua caer y el olor, todo es diferente. Hay renovación y nuestros sentidos  despiertan.  Por eso escuchamos a la gente decir: “el dia esta para comer sopas”.
¿Sabías que, en un momento de la historia, Jehová maldijo la tierra para que no lloviera? A causa de la maldad existente pasaron años sin llover. En Puerto Rico hemos estado meses sin lluvia y han bajado los niveles de las represas, al punto de declarar tiempo de sequía. En estos momentos estamos en esa situación,precisament, pero imagínate una sequía por varios años; sería un caos.
Ahora, imagina tu vida espiritual carente de lluvia, la que proviene de la presencia del Espíritu Santo, de la misma persona de Dios. Esa lluvia que inunda tu corazón de fortaleza, amor, gracia, favores, esperanza, paz y gozo. Indudablemente tenemos que fomentar nuestra relación con Dios y constantemente provocar esa lluvia restauradora en nuestro ser.
1era Reyes 18:41-46 narra la historia de como a causa del pecado el pueblo estaba carente de lluvia por muchos años, pero a su vez  muestra la misericordia de Dios y como a consecuencia de la oración de Elías hubo una gran lluvia.
Durante estos últimos meses hemos experimentado un tiempo difícil. De hecho, si en los años 80s yo hubiese tenido la oportunidad de remontarme en el tiempo y leyera un titular de esta fecha, pensaría que es imposible todo lo que esta pasando; mi mente no entendería este tiempo.
Pero, quiero resaltar como la autoridad de un hombre que le creía a Jehová, que se relacionaba y lo conocía provocó a través de una oración, que en medio de una gran sequía, se desatara una gran lluvia. El verso 41 dice: “Elías le dice a su siervo Acab, come y bebe porque una gran lluvia se oye”.
Espiritualmente, Dios nos ha dado autoridad para desatar bendición y nosotros, los hijos de Dios no podemos conformarnos a estos tiempos y dejar que la sequía nos arrope y nos aleje de Dios. Este es un tiempo donde tendremos que esforzarnos para alcanzar la bendición. Acab tuvo que subir el monte en 7 ocasiones y en 6 de ellas no veía nada. Tal vez en este momento tú tienes una petición que has depositado en la presencia de Dios, y has subido al monte y no ves nada; no te canses, come y bebe porque viene gran lluvia. Subir al monte significa adorar, buscar la presencia de Dios, reconocerlo en tus caminos, honrarlo, ser leales, establecer su reino, provocar la lluvia.
En el versículo 44 sucede algo sobrenatural, “yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre que sube del mar”
Esa es la señal, mira la palma de tu mano, a través de ella Dios te esta diciendo que viene una gran lluvia. Es sencillo, mira la palma de tu mano, has este ejercicio, cada vez que tu fe disminuya, mira la palma de tu mano. Si te esfuerzas en tu relación con Dios, si lo alabas en medio de tu prueba, no hay duda, que vendrá la  lluvia de bendición.  Llénate de esperanza.
El versículo 46 “Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciño sus lomos y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel”.
No hay duda que Dios esta presente, que su misericordia es eterna, que escucha la oración del justo y contesta sus peticiones. ¿Ya sacaste tu sombrilla? Prepárate porque viene una gran lluvia de bendiciones.
«El Señor enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado.»
– Deuteronomio 28:12

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