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Un Gesto Inigualable

Viernes Santo de conmemoración
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Yadira Campis & Jaime Medina

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”
Isaías 53:5 RVR 1960
Esta semana, la Semana Mayor o la Semana Santa, es la más importante en la vida de todo cristiano. Y hoy en especial, conocido como el Viernes Santo, es el día en que los creyentes conmemoran la crucifixión y muerte en el calvario de nuestro Jesús de Nazaret. En pocas palabras, el Viernes Santo es equivalente al día en que Jesucristo fue crucificado en la cruz y la crucifixión, sin lugar a duda, es uno de los métodos de ejecución más crueles existentes.
Según narran los Evangelios, Jesús asumió el camino de dolor y sufrimiento para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna. Fue una muerte muy dolorosa y humillante. Una muerte donde al Mesías lo despojaron de su vestimenta, le colocaron una corona de espinas en la cabeza, lo golpearon, lo escupieron, lo ofendieron, le dieron a beber vinagre, lo obligaron a cargar su propia cruz, y le clavaron las manos y los pies a la cruz (Mateo 27:29-34, Marcos 15:19, Lucas 23:35-36). 
¡QUE HORROR! Y todo esto sucedió para que así se cumplieran las Escrituras de los profetas. Solo Jesús de Nazaret pudo aguantar una tortura de tal magnitud, una muerte lenta, dolorosa y llena de mucho sufrimiento. 
Mientras todo esto ocurría, Jesús, desde la cruz, solo decía “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Que increíble muestra de amor y compasión mostró Jesús hasta su último aliento en su forma humana. 
Hoy, le invitamos a analizar varios puntos sobre la crucifixión de Jesucristo. Es un excelente momento para reflexionar sobre La Mala Noticia, el hijo de Dios fue asesinado de la forma más despiadada y cruel y La Buena Noticia, para la salvación de todos nuestros pecados y para que pudiéramos recibir la vida eterna (Romanos 6:22).
Reflexionemos:
  • Como Jesús nos enseña una lección sobre el perdón, pues aún en medio de tanto dolor, horror y humillación, Él escogió perdonar a los que le crucificaron.
  • Como la sangre derramada por Jesús hizo posible el perdón de todos nuestros pecados.  
  • Como la cruz se trata del perdón de Dios para la humanidad.
  • Como Jesús murió en la cruz, y como nosotros ya no tenemos que pagar o morir eternamente por nuestros propios pecados.
  • Como Jesús, a través de su muerte (y resurrección), restauró la relación entre el ser humano y Dios, la cual fue quebrantada por el pecado.
  • Como Dios nos amó tanto y tanto que dio a su Hijo unigénito para que fuera nuestro salvador y éste murió por mí y por ti.
¿Acaso no serán estas, y muchas otras, razones suficientes para vivir agradecidos con Jesucristo quien murió por nosotros y aceptarlo como nuestro Salvador? 
Bendiciones

Reflexión Cristiana: Viviendo en Obediencia

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