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¿Y Qué de la Belleza Interior?

¿Y qué de la belleza interior?
Maribel Malavé Morales

Maribel Malavé Morales

…aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
– 2 Corintios 4:16
Para el cristianismo la vanidad es un pecado.  La vanidad supone una excesiva confianza, por parte del individuo, en las cosas terrenales y en sí mismo.  Lo cual lo lleva a perder la noción de la finitud de su existencia y a creer que puede prescindir de Dios.
¿Qué observó Dios en Lucifer? siendo el más hermoso, el más sabio de los ángeles, pecó de soberbia suponiéndose igual a Dios y fue condenado al infierno.
En la mitología Griega, podemos ver otro ejemplo, Narciso.  Un joven premiado con la belleza .  Se enamoró tanto de su propia imagen, reflejada en el agua de un estanque que acabó por lanzarse en su búsqueda y murió ahogado.
¡Cuidado con los extremos!
Por lo general las mujeres somos vanidosas.  Queremos reflejar una apariencia externa estupenda.  Nos gusta que todos nos miren, halaguen y cuando nos dicen algo bonito sentimos tocar el cielo.  Las palabras bonitas nos hacen sentir bien, levanta nuestro ánimo, la autoestima se eleva de tal forma que sentimos que nos lo  merecemos todo.  Y está bien arreglarse y sentirse bien con uno mismo, pero…
¿Qué de la belleza interior?
Tenemos una realidad y es que al pasar los años, como dice 2 Corintios 4:16,  nos vamos deteriorando, eso es ley de vida.  
…aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 2 Corintios 4:16
Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta tiene mucho valor delante de Dios (1 Pedro 3:3-4).
Para nuestro Dios somos hermosas:
Toda tú eres bella, amada mía;
no hay en ti defecto alguno.
Cantares 4:7
Engañoso es el encanto y pasajera la belleza;
la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.
Proverbios 31:30
Ambas bellezas son buenas, tanto  la exterior como la interior, pero la realidad es que la belleza interior debe resaltar por encima de la externa por siempre y para siempre.
No es malo querer agradar a alguien aquí en la tierra, ya sea a nuestro esposo o novio,  pero más que eso tenemos que buscar en todo momento agradar, lucir, en nuestro interior y exterior a nuestro Salvador.
Eclesiastés: 1:2 “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” 
El predicador de Eclesiastés proclama la condición mortal del ser humano, el vacío y sin sentido del tránsito terrenal, sin el amor a Dios.
Hay un dicho popular que dice:  «Lo bonito de la fea la bonita lo desea» desconozco de donde salió y pudiera sonar despectivo, pero meditando en eso entiendo que se refiere al valor de lo interior sobre el exterior.  No es importante si eres fea o bonita externamente.   Somos hermosas porque somos creación de Dios.  Así que el refrán se refiere a las cualidades en el interior que posee una persona y que la hacen resaltar o sobresalir más que otras, sin importar tanto lo físico.
Procuremos adornarnos más, con nuestra belleza interna.
Isaías 62:3
Serás también corona de hermosura en la mano del SEÑOR, y diadema real en la palma de tu Dios.
!Aleluya!
Bendiciones

Reflexión Recomendada: No Te Quejes Tanto, No Más

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